Atrapada nuevamente

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Subo a mi habitación después de cenar. Tomo el celular y busco cómo contactar a Julián.

-¿Cómo carajos voy a contactarlo si cambió de número? Oh sí, su restaurante.

Entro a internet y busco el número del restaurante. Marco enseguida. Nadie contesta. Marco nuevamente. Está ocupado. Marco una vez más...

-Buenas noch... -Con Julián por favor, es urgente. _Interrumpo a la señorita que me contesta el télefeno.

-¿Con el jefe? Sí, quién lo busca con tanta urgencia. Déjeme su mensaje, él esta muy ocupado. (Suena como una mujer interesada por él)

-Dígale que soy Sarah. Él dejará lo que esta haciendo al saber que soy yo, señorita, por favor, es urgente.

Al fondo escucho la voz de Julián gritando el nombre de alguien llamada Luisa. La chica del télefono responde con un ¡Ya voy chef!

-Antes que cuelgue, avísele que llamé por favor. Dígale que mi número sigue siendo el mismo. _Colgué.

Qué irónico me parece que yo lo esté buscando. Nisiquiera debería regresarle el reloj. ¿Será de marca? Y si lo vendo por internet ¿Cuánto me darán por él?

Veo mi celular esperando su llamada. Pasan los minutos y la horas. Quedo dormida en mi cama.

Se hacen las 5 de la tarde.
Suena el celular y me despierto de inmediato.

-¿Sí, Sarah? ¿Qué ocurre?

-¿Por qué me llamas a esta hora? Le dije a la chica que era urgente.

-Es hasta ahora que acaba de informarme sobre tu llamada.

-Estúpida esa. Lo que pasa es que dejaste tu reloj en casa... tuve que decirle a mis padres que era de Totti.

-¿Y qué les dirás sobre el anillo? No creo que puedas mentir diciendoles lo mismo.

-¡¿Qué?! ¿Qué anillo? ¿De qué hablas?

-Mm... creo que tambien dejé mi anillo.  Es el que tiene grabado mi nombre.

Me agarro de las cortinas de mi cuarto y me las enrrollo en mi cuello.

-¡Ya estoy muerta! ¡No! ¡No! Debo encontrar ese anillo rápido. ¿En qué lugares estuviste en la casa? Piscina, cocina, baño, dónde más?

-En la sala, en la terraza, en la oficina de tu pap...

-¿Ahhhh? ¡Qué mierda hacías ahí de todos los lugares? _Mi nivel de estrés subió al top.

Cuelgo.
Salgo de una vez a buscar el anillo. Debo encontrarlo.
Veo a papá en la sala, asi que puedo revisar su oficina.

Subo las escaleras a toda prisa, por un momento me tropiezo y me golpeo el codo. Espero a que me pase ese calambre que tanto odio. Camino nuevamente y abro la puerta. Mamá esta adentro.

-Mamá..._Digo entre dientes.

-Tu papá esta abajo... ¿no lo viste?

-Oh sí sí, claro. Pero vine a buscar algo que dejé en estos días...

-Dime algo, Sarah. ¿Tanto lo quieres? ¿No hay alguien más? ¿Uno de tu edad y sin hijos?

Y ya estoy frita.

-Mamá, mira... _Me interrumpe.

-Hablemos en otro lado. Salgamos al parque un rato. _Caminó hacia mí y me entregó el anillo.

No se ve molesta, pero complacida tampoco lo está. Mi mamá no opinó mucho cuando descubrieron la verdad. Pero de vez en cuando me consolaba cuando estaba triste.
Papá sí ha sido más duro conmigo. Pasó un tiempo en el que no me dirigía la palabra.

Llegamos al parque. Nos sentamos en una banca debajo de un árbol.

-Puedes reconocer que tener hijos es una responsabilidad muy grande, y es un poco más complicado cuando estas separado del otro padre de tus hijos. Él tiene que verse con su expareja cuando quiera ver a su hija, incluso estar con ella varias horas al día cuando se presente alguna actividad en que su hija participe en la escuela, o si la niña quiere pasear o cenar, o incluso irse a vacacionar por un fin de semana con sus dos padres. No será todo tuyo, habrá días en que no puedas verlo, en que no estará disponible para ir al cine contigo porque tiene que irse a reunir con su hija. ¿Crees que estas mentalmente preparada para eso, Sarah?

Me quedo callada por unos segundos.

-No sería fácil. Eso esta muy claro. Me molestaría, no que fuera a ver a su hija, si no que tenga que estar con su expareja y que incluso, rechaze una salida conmigo porque tenga que verse con ella para hablar de la fiesta de cumpleaños de su hija. Sin embargo, sería muy comprensible en que yo no sería su primera prioridad, sino que es su hija, eso lo sé muy bien. ¿Y que soy mucho más joven que él? Pues sí, sí lo soy. Y es un factor que no me interesa en lo más mínimo. ¿Y que nuestra relación podría no ser para siempre? Eso tambien lo sé, pero si es lo que quiero en este momento, entonces seguiré adelante.

Me doy cuenta lo que acabo de decir. Me tiro un risilla.

-No he vuelto con él mamá. Hace un tiempo me encontré por casualidad a su hija y lo vi después de este largo tiempo. Pensé que no me lo encontraría más, pero seguiamos frecuentando los mismos lugares. Vino a casa porque el día que salí con Leidy, fuimos a su restaurante, bebí mucho y hubo un enfrentamiento muy feo. Él me trajo a casa y se quedó porque había quedado sin gasolina. No fue hasta cuando desperté que me di cuenta que él había dormido aquí.

Me estiro en la banca, alzo mis brazos muy alto y doy un bostezo.

-Pero ¿le digo algo? Creo que con lo que acabo de decirle, aún me gusta mucho, y parece que he pensado inconscientemente todo lo que podría pasar estando con él. Me sigue gustando mucho, aunque sigo reprimiendo este sentimiento, porque tampoco es que he olvidado lo que pasó hace unos años.

-¿Has tomado una desición?

-Aún no estoy segura, mamá.

-Piénsalo bien. Eres libre Sarah, tienes derecho a enamorarte de quién quieras. Mientras lo pienses, asegúrate que tu padre no se entere. Y si tomas la desición de estar con él, ya veremos cómo le diremos a tu padre.

-Si descubre que me estoy viendo con él, creo que no me interesaría, mamá. Ya no me importaría.

Tú Eres Más que Mi Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora