Ceviche encantado

1.2K 58 12
                                    

Creo que la mala suerte me persigue... mala suerte, buena suerte, karma o destino, espero que no sea la última.

Miro a Lady y Carlos que me abren sus ojos como dos focos.

-Hola, qué bueno verlos. ¿Qué les ha parecido la atención?

Con que este es el restaurante que tiene... de tantos que hay, eligieron exactamente este para comer...

-Demasiado bueno, todo esta estupendo. _contesta Eduard al ver que nadie decía nada.

-Me alegro que les guste. Tenemos promociones los jueves y domingos en cocteles y ceviches,  viernes y sábado, música en vivo. Para cuando esten interesados en venir, pueden contactarnos a traves de redes sociales y apartar mesas.

-Wao, eso esta perfecto, de seguro vendremos otros días. _Dijo Esteban.

Es inevitable estar incómoda en momentos así. No puede ser que en cada lugar que vaya, me lo encuentre.

-¿No comerás tu ceviche Sarah?

-No Eduard, no se me antoja, cómetelo si quieres. No vaya a ser que tenga alguna posión de amor. _Dije eso último a susurros.

Seguimos tomando, la noche se hacia más intensa, más fría, más de todo.
De repente, sentía unas inmensas ganas de coger, no sé por qué, pero sentía una calentura como para hacerlo con todos los hombres del lugar.

-Sarah, ya vámonos, ya se esta haciendo muy tarde. Ya los chicos se van, ya casi no queda mucha gente aquí, vámonos antes que nos largue la policía.

-Sí, además ya estoy cansada... (sí claro).

Me despido de Lady y Carlos mientras se suben al carro.

-Ten cuidado en la calle, no vayas tan rápido. Me llamas cuando llegas.

Asiento con la cabeza.

No creo estar tan ebria como para tener un accidente. Veo doble y no triple, asi que creo que todo esta bien.
De igual forma, compro un café en el restaurante de al frente que al parecer es 24 horas. Me lo tomo como un vaso de agua. Espero y esto no me haga vomitar, al menos no antes que llegue a la casa.

-¿Enserio piensas conducir así?

Mátenme.

-Claro que lo harás, no sé para qué te pregunto. Aún sigues siendo irresponsable cuando se trata de tomar.

-¡Qué te importa lo que haga! _digo fastidiada.

-No te irás así, mírate, no creo que llegues a tu casa viva. Yo te llevo. _Dice con una gran sonrisa que no entiendo.

-Prefiero tener un accidente antes que irme contigo

-No querrás que llame a ese policía de la esquina y le diga que estas ebria y piensas conducir así.

-Ve-te a la mier-da

Me pongo el casco dispuesta a irme. Nadie me detendrá.

Un foco alumbrado en mi cara me incandila y evita que pueda seguir conduciendo.

-Joven, ¿es cierto que esta ebria? Sabe muy bien que no puede conducir así.

Maldito desgraciado.

-No oficial, solo me tomé un par de copas, estoy bien como para conducir.

-Tendré que hacerle la prueba señorita.

Te odio Julián, te odio. Volteo a verlo cómo se arrecuesta de su carro mientras se burla. Debí salir más rápido, no creí que hablara enserio.

Sople aquí, decía el oficial. Espero y el café haya funcionado algo. Sople de nuevo, repetía.

-Lo siento jóven, no creo que usted haya tomado solo un par de copas, es un porcentaje muy alto de alcohol.

-No oficial, imposible... (sí claro)

-Jimmy, llama a la grua para una remoción y tráeme un bolígrafo. _le dice al otro guardia que lo acompaña.

-¿Qué? ¡No oficial! ¡Cómo me va a quitar mi moto! Usted no puede

-Claro que puedo, ¿cuál es su nombre? Y con multa de regalo.

-¡Todo esto es tu culpa, estúpido! Tú me pagarás esa multa y tú buscarás mi moto

-Oficial, póngale una buena multa, además de ebria, insulta en público. _Decía con gracia.

-¿Crees que por esto me iré contigo? Oficial dele mi multa a este estúpido.

Tomo mi casco y mis llaves y espero a que pase un taxi.

-Te cansarás de esperar taxis aquí, no es una calle muy transitada y menos a esta hora. Deja el orgullo y súbete al carro.

Saco mi celular para llamar a Lady y esta apagado, recuerdo que me lo traje sin carga. Y no puedo llamar a la casa porque Totti salió por unos días.

De pronto se escucha un estruendo que viene de la cantina de la otra calle, se oyen gritos y algo parecido como botellas de vidrio quebrándose en el piso. Miro a un lado y ya no estan los policías. Se escucha aún más fuerte el estruendo y veo como llegan unos carros y se parquean enfrente del lugar y salen de ellos muchos hombres... ¿la policía? No logro ver bien, esta muy oscuro.
Veo caer botellas enfrente mío y muchas sillas destrosadas y volando por los aires.

-¡Sarah, rápido, ven aquí!

Muy asustada entro al carro y cierro los ojos. Empieza a sonar algo como fuegos artificiales, solo siento el movimiento del carro a toda velocidad.
Escucho las sirenas de la policía y la ambulancia.

-Ya, tranquila, parece que ha sido un altercado entre bandas. Ya había puesto una denuncia anteriormente para que desalojaran ese cuchitril de la zona.

No digo nada. Recuerdo que lo odio, lo odio mucho.

-¿Qué? ¿Ahora no hablarás?

Mis manos van directamente a mi boca.

-¡No vomites aquí!

Hago ese sonido asqueroso cuando se tiene ganas de vomitar.
Bajo del carro cuando lo estaciona frente a casa.
Vomito en una esquina, en las flores preferidas de mamá.

-No deberías tomar tanto... parece que te gusta quedar así.

-Ya lárgate de aquí, ¿Qué haces todavía aquí? ¡Fuera! Chuuu... _Lo largo como si fuera una gallina.

-Quiero ver que te levantes y entres a tu casa.

Me levanto y camino tambaleando hasta la puerta. Él me sigue hasta adentro, ya no quiero peler con nadie, el estómago se me revuelve y me siento los ojos podridos.
Corro hasta la cocina y vomito nuevamente. Sí, ahí salió todo lo que comí, es asqueroso.

-Comiste y tomaste mucho, te hizo daño.

Me arrecuesto en el sillón que esta cerca de la puerta que sale a la piscina. Solo cierro mis ojos y me transporto a mis sueños.

5 minutos después...

-Hey, despierta, tómate ésto y véte a dormir.

Me asusto y veo que todavía sigue aquí. ¿Por qué sigue aquí?
Veo el vaso con un líquido burbujeante.

-¿Qué es? ¿Veneno? ¿Me quieres matar? _Digo arrastrando cada palabra.

-Loca. Tómate eso, te sentirás mejor. _Lo agarro y me lo tomo con asco.

Lo volteo a ver y deslizo mi mirada hacia abajo.
Lo tomo por la cadera y le bajo el pantalón deportivo que viste.

Me levanto enfrente suyo y empiezo a tocarlo.

-¿Qué haces? _Me mira riéndose a carcajadas. ¿Me vas a violar? Hueles a vómito. No va a pasar nada.

-¿Entonces qué haces aquí todavía? ¡Lárgate! ¡Fuera de mi casa!
















Tú Eres Más que Mi Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora