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*Nicolás*

Estoy en el salón de juegos con mis hermanos, de la nada escucho sonar el timbre de mi casa- Tiene que ser Alma- Digo por lo bajo, para que mis hermanos no me escuchen, me levanto de golpe del sillón en el que estoy sentado y Gabi me interrumpe.

-¡Yo abro porque seguro es Ami!- Grita él corriendo hacía la puerta.

-¡Ni lo pienses pequeña sabandija, yo abriré!- Grito agarrándolo rápido del brazo para que no alcance a salir.

Se sacude en mis brazos para que lo suelte-¡Dejame Nico, yo quiero abrirle a Ami!- Dice muy enojado.

Quiero ser yo quien le abra la puerta a Alma, pero mi hermano no me lo está haciendo fácil, mi plan B es darle algo a cambio para que me deje hacerlo.

- Ey ey, calmate- Le digo parándolo frente a mi para que me escuche- Te doy veinte dólares y me dejas abrir la puerta ¿si?.

- Ummmm- Mira hacía arriba como si lo estuviera meditando, sé que aceptará- Veinte son muy poco- Dice al fin y lo miro sorprendido, no puedo creer que este pequeño demonio sea tan hábil.

- Veinticinco y es mi última oferta- Le digo sacando los veinticinco dólares de mi bolsillo y poniéndoselos en las manos para que no pudiera negarse.

- Vale- Me dice con una amplia sonrisa en su rostro y yo aún no me puedo creer lo que estoy haciendo sólo por ir abrirle la puerta a Alma.

- Esta me la vas a pagar pequeño- Le advierto y salgo corriendo hasta la puerta para recibirla.

Unos segundos después llego a la puerta, cuando la abro encuentro conmigo la mirada más dulce que mis ojos reclaman cada día por ver.

- Hola- Me dice después de analizarme unos segundos,-¿Será que estoy mal vestido o mi ropa no le gusta?-pienso, sinceramente no creo que esté mal vestido, me siento muy cómodo con mis Jeans blancos, mi buzo negro y mis zapatillas grises, seguramente no es por eso, ella no es así.

- Hola Alma, estás muy linda- Le digo sin poder guardarmelo, esta chica es hermosa hasta con una bolsa de papas encima, su largo cabello castaño y esos ojos marrones en su rostro son hermosos, su cuerpo es perfecto, todo lo que se pone le queda hermoso.

- Gracias, tú también lo estás...ehhh...¿Puedo pasar?.

- Oh si si, perdón, pasa- Le digo torpemente y quitándome de la puerta.

- Gracias,¿Donde están los niños?.

- Están en el salón de juegos- Ella se dirige al lugar sin problemas ya que conoce perfectamente la casa.

-¡¡Amiiii!!- Grita Gabriel apenas la ve y corre hacía ella.

- Hola pequeñito- Lo saluda-¿Listo para perder?- Le pregunta en broma mientras acaricia su mejilla.

-¿Lista tú para perder?- Le responde mi hermano riendo.

- Hola princesa hermosa preciosa divina y perfecta- La voz de Pablo se escucha en la habitación.

- Hola príncipe hermoso precioso divino y perfecto ¿Cómo estás?- Le responde ella, no entiendo porqué mi  hermano de apenas 14 años ya es todo un don juan con las chicas, y aunque sé que ellos dos se tratan así sólo por el amor que se tienen, me da envidia no poder hacer lo mismo.

- Estaba bien cuando no estabas, pero ahora que llegaste me siento de maravilla- Le responde guiñandole un ojo, mi autoestima es bastante alta pero la de mi hermano sobrepasa los niveles extremos, decido sentarme en el sillón para verlos entre ellos, podría pasarme una eternidad viéndo como se aman entre sí.

Cupido si es un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora