Jennie no sabía cómo reaccionar, así que optó por hacerse la desentendida. Ella pensaba que aún no era el tiempo de que Lisa supiera de su identidad.
- ¿Hola?. ¿Quién eres?.– Preguntó con una sonrisa.
- Soy Lalisa Manoban.– Contestó la rubia.– Me gustaría que conversáramos, Jennie.– Le dijo seriamente, tomándola de su mano y alejándola de la multitud, a un lugar más privado.
Jennie quedó mal al momento en que su nombre salió de los labios de Lisa. ¿Ella le conocía?.