Capítulo 3

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3 días para la boda

Izuku ese día no tenía mucho que hacer. Esa mañana había despertado desorientado al no encontrar el calor corporal de su prometido. Se levantó asustado, más luego recordó que no había pasado la noche en su casa.

Luego de asearse y desayunar se despidió de sus amigos; prometiéndole a Iida que llegaría puntual a su despedida de soltero.

Al llegar a su departamento lo primero que hizo fue buscar al bicolor, pero no lo encontro por ningún lugar.

Preocupado lo llamó hasta el cansancio a su celular, pero al no recibir respuesta un insano temor se instaló en su pecho.

¿Y si le había pasado algo malo?

¿Y si era verdad lo de la misión y había salido herido?

Esas y más preguntas carcomian la mente del pecoso. Justo cuando pensaba salir a buscar al bicolor, este apareció en el umbral de la puerta con un aura sombría.

— Shoo-chan!!! — el pecoso con lágrimas desbordando sus preciosas esmeraldas se lanzó a los brazos de Todoroki que confundido lo atrapó antes de que ambos cayeran de bruces al suelo — Pensé que te había pasado algo malo, te llame pero no contestaste, ¿estas bien?, ¿estas herido? — Izuku se separó del cuerpo del bicolor para empezar a revisar si estaba en perfecto estado.

Shotō sonrió tiernamente hacia la actitud de su pecoso. Calmado tomó entre sus manos el rostro de Izuku e inclinándose un poco por la diferencia de altura, poso sus labios en los ajenos besandolo lentamente, siendo correspondido al instante.

Izuku por su parte suspiro dentro del beso. Poniéndose de puntitas abrazo por el cuello al bicolor hundiendo sus manos en esas hebras bicolores; el pecoso disfrutaba de la suavidad del cabello de su novio. Adoraba desordenar esa melena. Sonriendo aún sin romper el beso le proporcionó suaves caricias a la nuca de su prometido.

Ambos disfrutaron ese acto tan íntimo. Muy a su pesar tuvieron que separarse por falta de aire, el bicolor junto sus frentes y beso tiernamente la punta de la nariz del más bajo sonriendo.

— Lamento no haber contestado tus llamadas, apague el celular y se me fue la noción del tiempo.

— Esta bien Sho-chan, solo que me preocupe mucho cuando al llegar a casa no te encontré y que no contestaras tu teléfono solo aumentó mi agonía.

— ¿Al llegar a casa?, ¿no pasaste la noche en casa? — pregunto curioso el bicolor.

— Me quedé en casa de Iida y Ochacko, no quería pasar la noche solo — confesó tímidamente.

Todoroki sintió un nuevo flechazo por Izuku en ese momento. No sabía cómo había sido tan idiota como para dudar de sus sentimientos por el pecoso.

Y como si un balde de agua fría le cayera encima recordó su infidelidad.

Abrazo al pecoso posesivamente para que no viera la culpa que lo carcomia.

— Lo siento Izu, lo siento tanto — pronunció con agonía mientras escondía su rostro en las hebras rizadas del más bajo.

— Ya pasó Sho-chan, no te preocupes — Izuku correspondió el abrazo de su prometido.

Shotō se sentía una escoria, pero no quería perder al pequeño rizado. Por eso había tomado una decisión, una que le dolía en el alma. Pero no estaba dispuesto a perder a Izuku. Aunque eso significara esconder que le había sido infiel.

La Boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora