Capítulo 7

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— Solo que no te dije cuanto tiempo quería Sho-chan — Dijo sonriendo Izuku.

Sonriendo más que animado le marco a quien le ayudaría para lo que tenía planeado.

— Vamos, contesta — Murmuro ansioso.

— Izuku, nos tenías preocupados rollo de canela rancio! — Medio gritaton al otro lado de la línea — Lo bueno es que Kyoka nos informo que ya sabías todo, ahora dime donde estas brócoli con patas.

— Iida-kun no te enojes — Rogó el pecoso — Necesito tu ayuda — Dijo firmemente.

— Claro, dime que necesitas — Respondió Iida mas calmado.

— Necesito que me ayudes a reorganizar mi boda — Pidió tímidamente.

— Reorganizar?, explicame más despacio que no estoy entendiendo — Pidió confundido.

— Verás...

Y así Izuku empezó a explicarle a Iida su plan.

El peliazul al otro lado de la línea sonrió al escuchar el plan de su amigo.

— Cuenta conmigo — Dijo firmemente Iida sin que la sonrisa se borrará de su rostro.

Asi Iida durante todo lo que quedaba de ese día y del día siguiente se la pasaron organizando la sorpresa para cierto bicolor.





































































Todoroki por otra parte regreso a su departamento como un muerto viviente.

Al llegar a su hogar fue directamente a su habitación y rompió en llanto.

Se quedó profundamente dormido luego de tanto llorar.

Al día siguiente se hundió aun más en su miseria. Total, que más daba si había perdido a la luz de su vida.

Así se la paso ese día enrrollado entre las sabanas de su cómoda cama sintiéndose el ser más infeliz del mundo.



































Día de la boda

Unos ruidosos toquidos en la puerta despertaron a Todoroki de su hermoso sueño en donde Izuku y el se casaban y tenían muchos hijos bicolores con hermosas pequitas en el rostro.

Malhumorado se enrrollo más con sus sabanas. Que se jodieran, no abriría a menos que fuera un lindo pecoso llamado Izuku Midoriya.

— TODOROKI SHOTŌ ABRE ESA PUERTA AHORA MISMO O LA TUMBO — Grito Ochacko exasperada.

Y es que llevaba más de veinte minutos tocando y el bicolor nada que abría la bendita puerta. La pelicafé era bastante conocida por ser poco paciente.

Por otro lado el bicolor se cayó de la cama al escuchar tan alarido por parte de su amiga.

Extrañado bajo rápidamente a abrirle la puerta a la castaña.

— Te ves del asco — Fue lo primero que dijo Ochacko al verlo.

— Gracias, ya sabía — Contestó con ironía — Puedo saber a que se debe tu maravillosa visita? — Pregunto con sarcasmo.

La Boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora