HISTORIA EN HIATUS
Shikatema, Naruhina, Nejiten, Sasusaku y Saino, son parejas desde hace dos años ya, luego de la celebración de su tercer aniversario en conjunto llega un extraño sobre a la puerta de Naruto, que solo podía ser abierta cuando...
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Con Naruto.
Luego de salir un rato a buscar la comida, la chica volvió a casa de Naruto. Entró en silencio para no despertarlo y dejo el mandado en la mesa. Paso a la habitacion y alli estaba el, dormido muy tranquilamente, sin preocupaciones.
Se acercó despacio y se sentó sobre sus rodillas cerca de la cama, lo observó detenidamente, ¿era blanco? No del todo, tenía pelitos en la cara, era raro, quiso tocarlos, acercaba su mano a los pelitos y en efecto eran suaves, su rostro lo era, tenía pestañas no muy largas pero tampoco muy cortas, su cabello era rubio, y caía encima de sus ojos levemente, los apartó un poco y eso le acusó cosquillas al chico logrando hacer que se moviera un poco y abriéndo sus ojos.
Naruto al despertarse notó como la chica estaba a su lado totalmente sonrojada.
- Karuo-chan ¿Te sientes bien? Estas totalmente roja. - Colocó una mano en su frente sin previo aviso.
Esa fue la gota que derramó el vaso. Cayó desmayada.
El chico recordó ese comportamiento, era el mismo que el de Hinata antes, bueno casi antes aún había veces en la que le pasaba eso.
- ¿Eh? - Sus ojos se abrían lentamente. - ¿Que paso? - Preguntó inocentemente.
- Te desmayaste, ¿segura que te sientes bien? - Respondió y diciendo otra pregunta entrando en la habitación con los dos razones de ramen. - Trajiste ramen para cenar.
- Es tu comida favorita ¿no es así? - Sonrió.
- Si, mi favorita-dattebayo. - Le devolvió la sonrisa.
Al terminar de comer Naruto llevo los tazones a la cocina y luego se dirigió nuevamente a su habitación con la chica. El resto de la noche la pasaron hablando de varias cosas, incluso Naruto le pidió que le explicase todo lo que había sucedido la vez que habían ido a la arena por la misión de ellos.
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En fin, los días pasaban y parecía que no había ocurrido nada, a medida que pasaba el tiempo de convivencia entre las chicas y los chicos se volvían más unidos.
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Con Sasuke.
- Oye, que esperas, no voy a cargarte, date prisa. - Decía Sasuke en su típico tono de molesto.
Abú terminaba una misión con Sasuke pero iba ya muy cansada, fastidiaba a Sasuke con ir a unas aguas termales y pasar allí lo que quedaba de tarde.
- ¿Al menos podrías ayudarme? no puedo dar un solo paso más. - Se quejó acostada boca abajo.
Este estaba resignado, seguir todo el camino así no iba a ser muy agradable, se detuvo dándose vuelta y yendo hacía donde estaba ella y le tendió una mano dejando su orgullo a un lado.
