DISPUESTA A TODO

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La tarde estaba en su pleno apogeo, el calor era perfecto, claro, si querías pasarla dentro de una piscina. En cambio yo estaba sentada en las gradas de la cancha de nuestro instituto, un poco inclinada con los codos sobre mis rodillas y el mentón en mis manos; bajo los rayos infernales del sol.

Se preguntaran ¿por qué?

Bueno, es sencillo, por....

—Elianne, vamos, ya me asoleé hasta el cerebro.

Se quejó mi amiga sacándome de mis pensamientos

—Ali, ya falta poco, solo deja que termine la partida. —dije señalando a la cancha, y poniendo ojitos de gato triste junto a un leve puchero para lograr convencerla

—basta, Eli, no hagas esos ojos, que esta vez no funcionará, ya llevamos aquí una hora y esos aun no acaban

—¡justamente!, ya falta poco para que acaben. —insistí ahora con voz de niña y sin quitar el puchero

—agghh de acuerdo pucheritos, pero será la última vez. —se cruzó de brazos volviendo a sentarse junto a mí. —aún no entiendo por qué seguimos viniendo aquí todos los días.

—ya te lo dije, quiero aprender las maniobras. —dije enfocándome de nuevo en la partida

— ¿maniobras? No son acaso ¿jugadas o algo así?

—No lo sé, y justo por eso estamos aquí, quiero aprender

—claro, tú quieres aprender a jugar eso. —dijo con tono de sarcasmo, el cual era algo natural en ella—. como ¿para qué? Jamás en tu vida has tocado un balón.

—eso es porque no sé cómo jugar. —me defendí al sentir su tono de acusación. —por eso quiero aprender, así que ahora déjame ver, me estas distrayendo

—tu y yo sabemos que estamos aquí solo por tu obsesión con aquel chico. —dijo sin más sacando un cigarrillo de su cartera. Coloco la punta naranja en sus labios y con la otra mano lo encendió.. —solo porque sé que tu obsesión no es tan grande es que sigo acompañándote

Se cruzó de piernas y se inclinó un poco hacia atrás sosteniéndose con uno de sus brazos, al estar así su cabello negro le llegaba hasta la cadera; es tan negro que parece teñido, al contrario del mío que es un color caramelo. al levantar el rostro saco el humo despacio, lo hacía con tanta gracia que a veces me daban ganas de hacer lo mismo, pero jamás podría; eso no era para mí.

—No es ninguna obsesión, y no estoy viendo a nadie, es solo la jugada. —me cruce de brazos ahora viéndola a ella.

—claro, ¿no era maniobra? —cuestiono entre risas para después rodearme con su brazo. — ya tranquila, no diré nada más, hay que ver esas maniobras.

Estuvimos así abrazadas hasta que el partido terminó, un suspiro involuntario salió de mis labios y mi amiga se limitó a sonreírme.

—Vamos, Eli, tu obsesión se fue, es hora de irnos también nosotras, me urge una ducha. — se puso de pie al momento qué dejo caer la colilla de su cigarro sobre el pavimento. — estar bajo el sol me hizo sudar horrible, con esto ya no necesito ir al sauna.

—pero si tu no vas al sauna, Alizze — dije entre risas mientras bajábamos las gradas para ir al auto.

—ya te dije, es porqué gracias a ti, no lo necesito, ya va casi un año que me haces venir hasta aquí todos los días. Se detuvo en seco para girarse a verme. —eres una pequeña acosadora, Elianne, estoy pensando seriamente a cambiar tu apodo de pucheritos a acosadora.

—Deja de molestarme, Ali, no es gracioso

—solo acepta que tienes una obsesión con ese chico y listo

Pacto por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora