EVOCACIÓN

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Me encontraba sobre mi cama con el libro en las piernas terminando de leerlo antes de que oscureciera, la bolsa con los materiales descansaba a un lado de mí.

Según el libro, para los que no conocemos sobre los demonios podíamos hacer un ritual básico, solo con una oración y algún demonio de rango bajo aparecería, si se encontraba cerca, pero yo no quería a un demonio de rango bajo, si iba a hacer esto, lo haría bien, así que compre las velas y el incienso que pedían para la invocación de un demonio en específico. Y aunque en el libro decía que debe ser una vela de color específico para el demonio, junto al incienso de su agrado para llamarlo, como yo no sé de esto, solo compre una vela negra y el incienso me decidí por un aroma natural

Ya faltaba poco para la hora que indicaba el libro así que coloque las velas negras en el piso de la manera que formara una cruz, deje el encendedor y los inciensos a un lado de donde me sentaría, cuando estaba terminando de arreglar el cuarto para el ritual mi teléfono sonó con un mensaje de mi amiga preguntándome, como cada noche si quería acompañarla a una fiesta, y como siempre la respuesta era la misma. No

Dieron las 2 de la mañana, ya casi era la hora, debía ser entre las tres y las cuatro de la mañana. Con nervios sostenía el pedazo de papel donde se encontraba escrita la oración, un suspiro seguido de un bostezo salió de mi boca.

—si esto no funciona, mañana dormiré todo el día. —me dije para recordarme que mañana era fin de semana y no tenía nada que hacer temprano.

Mis nervios se multiplicaron cuando mi teléfono sonó indicando que ya eran las tres de la mañana, con un último suspiro apague la alarma y con los ojos cerrados respire profundo, encendí las velas negras las cuales poco a poco empezaron a desprender un suave calor, con la llama de las velas encendí los inciensos colocando cada uno a lado de las velas antes de mirar el papel y empezar a recitar la oración para el demonio que pronto habitaría mi habitación.

Que la noche mortal se vuelve infernal,
que hoy Los Luceros se tiñan de negro.
Hoy ruego por tu presencia dios de las tinieblas,
acude al llamado de tu sierva
Ven a mí señor del infierno.
psam orationis bestia hercle lenit dolorem,
tuum maiedtatis infinitae misericordiae tuae praemium

Lo repetí tres veces como lo indicaba el libro, después mi deseo dicho en mi mente también tres veces...

Ya había pasado unos 10 minutos ahí sentada esperando algo, que quizás, ya sabía que no pasaría, pero era mi último recurso, ya no sabía que más hacer.

"ya le hubieras hablado, o al menos, saludado"

Recordé las palabras de Ali, sabía que tenía razón, pero por más que quisiera acercarme a él, sé que no podría, soy demasiado tímida y la vergüenza no me deja hacerlo.

En fin, esto era solo un consuelo, si realmente esto funcionara y el amor se pudiera manejar con la magia nadie sufriría tanto.

estuve a punto de levantarme tras soltar un suspiro pesado, pero un ruido en la ventana me interrumpió, no sabía si era por lo que acababa de hacer hace poco minutos que el miedo me invadió provocando que mi cuerpo se erizara por completo, y antes de poder pensar en algo más un estruendo me hizo gritar, el cristal de la ventana se rompió esparciendo los vidrios por todos lados, pero eso no era todo, por si fuera poco una sombra se hacía visible en el suelo, temía tanto levantar la vista que preferí continuar con las manos sobre mis oídos y cerré mis ojos como si eso fuera a mantenerme aislada de lo que ocurriera en mi habitación.

—Mi nombre es Schakal, ¿eres tu quien ha osado invocarme?

Esa voz me hizo temblar, aun con las manos en mis oídos, pude escucharla perfectamente el miedo estaba consumiéndome por completo, no sabía qué hacer, ¿salgo corriendo? ¿Lo enfrento? ¿Cuál sería la mejor opción?

Pacto por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora