EL PACTO

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Un sonido irritante comenzó a escucharse, fruncí el ceño hasta que recordé lo que me había sucedió, abrí los ojos rápidamente y del mismo modo me levante quedando ahora sentada sobre mi cama y con las sabanas en mis piernas, un mareo y pequeño dolor se instalaron en mi cabeza, me imagino que por el movimiento brusco que hice al levantarme.

Mire hacia abajo, a mi cuerpo, un alivio enorme se expandió por mi cuerpo al verme con el pijama.

Todo había sido solo una pesadilla.

Sonreí y con una gran felicidad, salí de mi cama directo al baño para ducharme, quizás podría salir a caminar, los sábados siempre era buen día para salir al parque y comprar un delicioso helado.

Una vez dentro de la ducha, mientras se calentaba un poco el agua comencé a quitarme el pijama, pero entonces mis manos se detuvieron, mi cuerpo tembló y de nuevo me paralice, en el reflejo del espejo que estaba dentro de la ducha se podía ver claramente la estrella con la luna que ese demonio había dejado en mi hombro.

No fue una pesadilla, aquello fue real.

Unos brazos me rodearon de la cintura desde atrás, levante la vista al espejo con un enorme pavor, era él, estaba ahí de nuevo. El demonio estaba atrás de mí.

—buenos días, Elianne. —susurro sobre mi nuca. —parece que tuviste un bello sueño. —añadió ahora sobre mi oído antes de lamer el lóbulo de este.

Con una de sus manos acaricio el perfil de mi rostro bajando a mi clavícula, ahí fue cuando me di cuenta de algo, ya no tenía la parte de arriba del pijama y entonces fue cuando su mano descendió más hasta tocar uno de mis pechos.

— ¡Hey! que... ¿Qué estas tocando? ¡Deja ahí!

Me deshice de su agarre como pude y salí del baño sujetando mi blusa sobre mis pechos para lograr taparlos, pero en ese momento logre divisar un cuervo sobre mi cama.

—No tienes por qué avergonzarte, esta noche me lo enseñaras todo. —murmuro con egocentrismo mientras me veía de arriba hacia abajo.

— ¿esta noche...?

—así es, esta noche pagaras por el deseo que pediste

—Pero señor, se rebajaría si se acostara con esa chica, es solo una humana.

No puede ser ¿cómo es que el cuervo puede hablar?

El cuervo voló de mi cama hasta el demonio y en este momento se posaba sobre su hombro izquierdo, el demonio giro un poco el rostro para verlo y le dedico una tétrica sonrisa.

—en absoluto, no me importa eso, solo me interesa saber, que podré corromperla

—pero mire su cara, no tiene ningún encanto, es solo una niña—hablaban como si yo no estuviera aquí, y peor aún, como si solo fuera un objeto del cual debían tomar posesión. —como podría usted hacerlo con esa clase de mujer

Y ya no pude soportarlo...

— ¿cómo te atreves, animal? Aunque mi cara parezca la de una niña no quiere decir que mi cuerpo lo sea. —totalmente indignada por ese torpe y horrible animal, me defendí. —mi cuerpo está completamente desarrollado y no necesito que un animal horrible como tu venga a decirme lo contrario.

— ¿ah, si...? —El demonio de nuevo dirigió su mirada a mí —entonces déjame verlo.

¿Habré cavado mi propia tumba?

Maldición, yo y mi gran bocota, parece que jamás me puedo quedar callada.

—Diaval, desaparece.

Pacto por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora