La ciudad de noche era bastante linda, iluminada, con mucho transito y sobre todo demasiado segura. Las leves contusiones del accidente ya habían sanado y desde aquella vez no volví a encontrarme con… Jai.
Dentro de poco comenzare la universidad, me gustaría seguir la vocación de psicóloga y así poder ayudar a personas quienes necesitan ser escuchadas. Me hubiese gustado tener un apoyo, pienso que mi familia nunca fue lo suficiente comprensiva para escucharme y entender todo el dolor que sufría en mi antigua escuela.
Llegue a mi casa, estaba muy cansada. Subí a mi cuarto y allí estaban las cajas con ropa y objetos que todavía no desempaque. Me acosté en mi antigua cama. Comencé con planificar todo lo que tendría que hacer a la mañana siguiente pero en cada pensamiento aparecían sus ojos, su voz, su... –Wow,¿Qué pasa?-Me dije a mi misma. Acaso me atraía un completo extraño o simplemente recordaba su buena actitud hacia mí.
La luz del sol era muy brillante, sus rayos entraban directamente hacia donde yo me encontraba y fue esa la causa de que yo me despertara. Mi celular ya casi no tenia batería, estaba hambrienta y tenia muy poco dinero aunque este me alcanzaba para unos días más. Puse los pies en el suelo y me dirigí hacia una de las cajas en donde estaba mi ropa, de esta saque una remera con el logo de la banda ‘sex pistols’, unos jeans rasgados y mis zapatillas converse. Salí de mi hogar en busca de un mini mercado.
La suerte estaba de mi lado ese dís pues cuando entre, lo vi. Llevaba puesto una musculosa negra, pantalones caídos y unas zapatillas deportivas.
Me vio.
-Veo que andas mejor.-Dijo acercándose hacia mi.
Nunca lo había visto en mi vida excepto esa vez en la que me llevo al hospital y notaba que su tono era demasiado familiar.
-Si, gracias por lo del otro día, aprecio que te hallas preocupado. -Solté las primeras palabras que pasaron por mi cabeza, estaba nerviosa.
-No te iba a dejar allí lastimada, no debes agradecerme nada.-Se acerco a mi.
El clima era bastante tenso, el era súper atractivo y yo una simple y despistada chica.
-Si… creo que debo irme.-Camine lentamente hacia atrás y sin darme cuenta, tropecé con algo duro.
Estaba sentada en el suelo, un cajón de manzanas destrozado, la señora que vendía las frutas quejándose y por supuesto el único chico que se intereso en mí riéndose.
-Debes tener mas cuidado-Dijo mientras extendía su mano hacia mi, yo la tome y me puse de pie.
-Ahora puedo afirmar mi teoría de que soy muy distraída.
El sonrió y me dio un papel. –Úsalo en caso de apuros.
El salió de la tienda y a los minutos salí yo, las personas me miraban y eso me incomodaba, es por eso que decidí buscar en otro sitio el lugar para hacer las compras.