Mil disculpas a todos por retrasarme mucho y no estar activa, pero les prometo subir capítulos mas seguidos. Que tengan una linda noche
-¿Así que queres que valla a tu casa?-Pregunto Jai
-Si… se que suena absurdo pero dentro de poco…
-Si. No hace falta que me des explicaciones.
-Pero, enserio yo…-El no me dejo finalizar la oración y volvió a repetir un “Si” pero esta vez lo dijo con un tono divertido. Eso me gusto.
Le pase la dirección de mi casa y por alguna razón yo no quise preguntarle la suya. Es extraño que sin saber mucho de el, tenga la suficiente confianza como para darle algo tan privado.
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-No pensé que fueras a venir hoy-Sonreí
-Y yo no pensé que así lucias todas las mañanas, muy bonita-Sonrió
Nuestras miradas acabaron por hacernos perder en lo profundo de nuestros ojos
-¿Me invitas a pasar?-Su voz rompió el silencio, ese hermoso y perfecto silencio. Algunos se asustaran de el. A mi me encanta.
-S...i, si pasa.
-Y… ¿En que te puedo ayudar?-Pregunto
-La idea era pintar el living y mi habitación. Ordenar el garaje y limpiar el auto. Pero si es mucho trabajo puedo hacerlo sola, no quiero molestarte.
-Escucha-Hablo tomándome de las manos, yo me sonroje y el sonrió.-Si me molestara, no hubiese venido hasta aquí, aparte me agrada pasar todo el día junto a ti.
Sin pensarlo lo abrase, fue como un impulso, un instinto. Y el respondió a ese cálido abrazo.
-Ven-Tome su mano y el me siguió. Fuimos hacia el garaje en donde había un par de latas de pintura. –Ayúdame a escoger un color para la pared de mi habitación y para el living.
-Me gusta el color salmón para tu habitación y el verde agua para el living.
Luego de tomar las latas y los pinceles, pusimos sabanas gastadas en el suelo de mi cuarto y comenzamos a pintar. A Jai le había prestado una remera bastante grande para que usara para pintar y así no ensuciara su vestimenta (una musculosa blanca impecable, unos jeans negros y unas botas)
Cuando finalizamos, bajamos hacia la siguiente sala y realizamos el mismo procedimiento que en mi habitación.
-¿Me pasas ese pincel?-Pregunto Jai
-Sisi-Respondi con una extensa sonrisa. Sin darme cuenta tropecé con una caja y termine por pintarle una línea en su brazo derecho.
El rio. –Así que… ¿Quieres jugar?-Su mirada se torno de una simpática y tranquila a una profunda y extraña.
Pronto mis pies estaban flotando, sus brazos rodeaban mis talones y mi rostro estaba en su espada. Cuando me bajo, me puso sobre el sillón y comenzó a pintarme el rostro con pequeñas líneas de color salmón.
Admito que me hacia reír y mucho. Con las pocas fuerzas que me quedaban, tome mi pincel y le hice una gruesa línea en la boca de color verde agua.
Logre levantarme del sillón, corrí hacia la cocina pero el me alcanzo y me abrazo por atrás. Luego continuo con una pincelada en mi pierna, otra de mi parte en su otro brazo, y otra de parte suya y así continuamos hasta que los dos nos recostamos en el cálido suelo del comedor, observamos el techo.
-¿Cómo es tu vida?-Le pregunte aún mirando el techo.
-Prefiero no habar de eso. Respondió algo incomodo.
-¿Por qué?- Quizás lo presionaba pero me intrigaba saber.
-Mi vida no es de las mejores, básicamente nunca fue buena… hasta que te conocí. -Sus ojos chocaron con los míos.
Los dos estábamos acostados en el suelo y yo me acomode para poder abrazarlo y depositar mi cabeza en su pecho.
-Pase lo que pase… nunca me dejes.
-Nunca lo voy hacer- le respondí