Prólogo.

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— Para aquellos que creen en la magia del destino, en el poder del universo para entrelazar las vidas de dos personas hasta hacerlas inseparables, esta dedicatoria es para ustedes. Que su fe en el amor y en la fuerza de la conexión humana siga guiando su camino y que siempre encuentren la felicidad en los brazos de aquellos que han sido destinados para estar a su lado. 

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La brisa salada danzaba en la costa de Narnia, acariciando con ligereza el rostro de nuestro querido rey Caspian, quien permanecía en silencio, absorto en la contemplación de Lucy, Edmund y su primo Eustace. Con un asombro que le llenaba el alma, Caspian observaba cómo los tres avanzaban juntos hacia la imponente ola que, de repente, Aslan, el majestuoso león y protector de Narnia, había materializado ante sus ojos apenas unos instantes atrás. La ola resplandecía con un fulgor dorado en su cresta, y el estruendo sonido al romper en la playa resonaba como un eco ensordecedor. A pesar del aparente peligro, la valentía y determinación reflejadas en los rostros de los protagonistas llenaban a Caspian de un orgullo con matices agridulces. 

Aslan permanecía imperturbable y seguro de sí mismo mientras observaba a su rey y reina dirigirse hacia la ola. Con un gesto suave de su cabeza, captó la atención de Caspian y habló con una voz profunda y resonante. 

—Dime, hijo mió, aquí tienes lo que tanto anhelabas. 

Los ojos de Caspian se abrieron de par en par ante las palabras del gran león, sorprendido al ver a Lucy y Edmund a punto de sumergirse en la ola. 

—Yo pedí a Susan, no a Lucy —respondió Caspian con cierta incertidumbre. 

—No, lo que pediste fue amor, y aquí lo tienes. ¿Vas a dejarlo escapar? —preguntó Aslan con una mirada intensa dirigida al rey. Caspian guardó silencio unos instantes, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar. 

Finalmente, se armó de valor y corrió hacia Lucy, aferrándola del brazo para impedir que se adentrara más en la ola. 

—Hay algo que debo decirte —susurró Caspian en tono serió. Lucy lo miró con curiosidad e inquietud —.Cásate conmigo —declaró con voz clara y fuerte, arrodillándose ante ella. Lucy abrió los ojos, sorprendida por la confesión. 

—Repítelo de nuevo... —alcanzó a decir ella antes de que Caspian la interrumpiera. 

—Cásate conmigo —repitió Caspian con el corazón latiendo con fuerza, mientras aguardaba la respuesta de Lucy. Para su alivio, ella aceptó su propuesta con una sonrisa rebosante de amor y felicidad. Caspian se puso de pie, emocionado y agradecido por el coraje que le había permitido expresar esos sentimientos. 

Aslan contemplaba la escena con una sonrisa en su rostro, orgulloso de su valiente rey, enamorado y decidido. 

El Amor del Rey 🙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora