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CASPIAN.

—Rey Peter, Rey Edmund, Reina Susan, sean bienvenidos — expresé, tragando saliva mientras los recibía en la sala del trono. 

Susan no perdió tiempo y planteó la pregunta que pesaba en el aire. 

—¿Es cierto lo que dijo Lucy? — inquirió Susan, con cierta tensión en su voz. 

Me tomé un momento antes de responder, sintiendo la presión de la situación. 

—¿Qué parte exactamente? — repliqué, intentando ganar tiempo para elegir mis palabras con cuidado. 

—Que tú le pediste que se casara contigo — aclaró Susan, exigiendo una respuesta. 

Asentí y miré fijamente a los ojos de Susan, preparándome para compartir la verdad. 

—Sí, es cierto — admití, sin apartar la mirada. 

Susan pareció intrigada y pidió más detalles. 

—¿Por qué lo hiciste? — preguntó con curiosidad. 

Respiré profundo, consciente de que mi respuesta requeriía una explicación más profunda. 

—Es una historia larga — comenté, tratando de encontrar la mejor manera de comenzar. 

Sin embargo, Peter intervino con una aformación tajante. 

—Tenemos tiempo, Caspian. Cuéntanos todo. 

Me sentí agradecido por su compresión, así que decidí revelar los eventos que habían llevado a esa decisión crucial. 

—Hace dos años, Edmund, Lucy y su primo llegaron junto a mí porque Aslan los llamó — comencé, mientras los recuerdos se agolpaban en mi mente. 

Edmund asintió, confirmando mis palabras. 

—Así es. Fuimos convocados por Aslan — corroboró Edmund. 

Sin embargo, sentí la necesidad de agregar una perspectiva adicional. 

—Pero tal vez eso no sea completamente cierto — reflexioné en voz alta. 

La confusión se apoderó de Edmund, quien buscaba entender mis palabras. 

—¿A qué te refieres? — preguntó Edmund, fruciendo el ceño. 

Suspiré, sintiendo el peso de la revelación que estaba a punto de hacer. 

—Yo le pedí a Aslan un favor, quería que él trajera amor a mi vida... no específicamente a Susan ni a Lucy. Le pedí que me trajera a la mujer que más me amara, y por un momento pensé que tal vez sería Susan, pero me equivoqué — expliqué, mientras los recuerdos se entrelazaban en mi relato. 

Peter interrumpió, conectando los puntos. 

—Entonces, querías a Lucy — afirmó Peter, capatando la esencia de mi historia. 

Negué con la cabeza, aclarando la situación. 

—No. Pedía a Aslan que trajera amor a mi vida. Cuando los encontré en el mar y vi a Lucy comprendí que ella era esa persona. Aslan había cumplido su promesa de traerme a la mujer que más me amara, y esa era Lucy, no Susan — confesé, dejando escapar un suspiro lleno de emociones. 

Susan, en medio de la confusión y el dolor, hizo una pregunta que me golpeó en lo más profundo. 

—¿Y el amor que sentías por mí? — preguntó Susan, con una voz cargada de vulnerabilidad. 

Vacilé por un momento antes de responder, sabiendo que mis palabras podrían causar más dolor. 

—Susan, no preguntes eso — pedí, sintiendo el peso de la lealtad hacia Lucy. 

Ella insistió, deseando una respuesta clara. 

—¿Por qué no puedo preguntarlo? — inquirió Susan, buscando desesperadamente la verdad. 

Sus ojos me imploraban una respuesta que no podía dar. 

—Porque tu hermana es mi esposa y mi reina, mi promesa está con ella. Permíteme ir a anunciar que preparen habitaciones para ustedes — dije, saliendo apresuradamente de la sala del trono, dejando atrás un mar de emociones turbulentas. 

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LUCY.

Ha pasado un mes desde la llegada de mis hermanos a Narnia, y también un mes desde que Caspian me ha estado ignorando, así como a Susan. Aunque no lo admitiré abiertamente, debo confesar que esta situación me alegra un poco. No puedo negar que me duele y me molesta ver a Susan aquí, en presencia de Caspian. Es doloroso presenciar cómo él la observa cuando ella no se da cuenta, cómo se acerca a ella y luego retrocede, como si su mente jugara una broma cruel y luego se arrepintiera. 

Los celos son señales de inseguridad, lo sé, pero en este caso tengo razones para dudar de Caspian o de Susan. Me pregunto una y otra vez por qué tenía que regresar, por qué tenía que entrometerse en nuestra vida y desestabilizar todo lo que habíamos construido juntos. Auque trato de mantener la calma y controlar mis emociones, la verdad es qeu estoy lidiando con una tormenta interna. 

Observo a Caspian y Susan interacturar, y aunque intento convercerme de que no hay nada más que amistad entre ellos, una parte de mí se preocupa. Me preocupa que los sentimientos que alguna vez compartieron puedan resurgir, que puedan encontrarse en el otro lado que no encuentren en mí. Es una batalla constante entre la confianza y la inseguridad, y a veces siento que estoy perdiendo terreno. 

Trato de recordar que Caspian me eligió como su esposa, que juramos emarnos y respetarnos mutuamente. Pero en los momentos de debilidad, las dudas se filtran y las sombras de la incertidumbre se apoderan de mi mente. Me repito a mí misma que debo confiar en él, en nosotros, pero es más fácil decirlo que hacerlo. 

No puedo evitar preguntarme qué hubiera pasado si Susan no hubiera vuelto a nuestras vidas. Si no tuviéramos que enfrentar esta prueba de nuestra relación. Si la presencia de su primer amor no estuviera presente para recordarnos que siempre habrá un fantasma del pasado acechando en las sombras. Pero ya está aquí, y tengo que encontrar la fuerza para enfrentar esto sentimientos y luchar por el amor que compartimos con Caspian. Solo el tiempo dirá si seremos capaces de superar esta prueba juntos. 

El Amor del Rey 🙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora