Capítulo 2

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Acabaron las clases y empecé a guardar mis cosas. Soy una de las primeras en salir, no quería contestar más interrogatorios de "mis amigas". Sigo caminando hasta la salida, cuando paso por el pasillo que se dirige a los talleres me entra el interés de saber que ocurrió en la hora del receso, me detengo un segundo y sin pensarlo más me dirijo a los talleres. Todo estaba apagado solo me iluminaba un viejo farol que se encontraba, aunque no alumbraba bien, camino hasta el portón, volteo varias veces a los costados para asegurarme de que nadie estuviera, tomo respiración y empiezo a entrar sigilosamente para que no me escuchen, al momento que entro tomo un pedazo de madera para ponerla en la entrada del portón para que este no se cierre, pongo la linterna que tengo en el celular y empiezo a caminar hasta el fondo del salón observando cuidadosamente los lugares. Camino más lento puesto que me entretengo con las cosas que se encuentran.

Cada vez mas me desilusiono, puesto que no comprobé si había alguien aquí. Unas herramientas caen al suelo, me volteo rápidamente para ver si se encuentra una persona, camino hacia donde ocurrió y solo puedo visualizar un perro pequeño negro con manchas blancas en sus orejas y patas.

-Tu que haces aquí solo- lo digo mientras alzo al cachorro- ¿Dónde esta tu mamá?, por su puesto si supieras estarías con ella- se me sale un suspiro- bueno salgamos de este lugar- dirijo mi mano a su nuca para ver si tiene nombre o dueño- al parecer no tienes dueño, que te parece si te llevo a mi casa y te pongo un nombre- empiezo a susurrar mas y mas quedito para que no me escuchen los guardias, cuando llego a la salida quito el pedazo de madera cerrando el portón, apago la linterna de mi celular.

-¿Qué estas haciendo?- ¡carajo!...una voz se escucha atrás de mi, volteo lentamente para encontrarme un guardia- no se supone que ya salieron todos-  me pongo nerviosa no se qué responder, luego me acuerdo que tengo un perrito en mis brazos.

- Si, lo siento, pero es que vine por un cachorro que había entrado a la institución y decidí venir por el- que bueno que me salió una escusa, si no no me salvaba de esta.

- Está bien, por esta ocasión te la perdonaré, solo saca  a ese perro de aquí y aléjalo de mi vi...vi..vi...staaaa!...aaa-choo...aaa-choo... aaa-chooooo- el guardia empezó a estornudar como una niña de 6 años, pensaba sacar mi celular para sacarle un vídeo, pero no...me sentí mal por aquel hombre y pues se arruino todo.

- Descuide yo me lo llevo para que esté mejor. Bueno hasta mañana que tenga una tranquila noche y que se...mejore...de su... alergia- ya no podía soportar otro minuto en ese lugar cada vez que hablaba sentía que se me iba a salir la risa.

- Igualmente... aaa-chooooo...y gracias... aaa-chooooo.

Caminé hasta la salida, las aulas ya estaban cerradas y con los focos apagados, solo se podía observar los faros de las canchas de fútbol.

- Creo que estaré en problemas cuando llegue a casa, ¿que opinas cachorrito?- me dirijo al animalito que tenía en mis brazos, como si me entendiera a lo que le digo- ojalá pudieras hablar conmigo.

Dirijo mi mirada hacia adelante, camino a la parada de camiones, me quedo un rato esperando sentada en una banca que se encontraba. De rato se estaciona un taxi, al parecer ya había acabado, pero nadie baja. Miro la hora, ya pasaban de las 21:30, me levanto del lugar y voy al taxi, el señor al darse cuenta de mi presencia baja el vidrio del coche.

- Disculpé.

- Si, ¿en qué puedo servirte?- me dice con una voz como si dirigiera a una niña de 12 años. el señor parecía tener menos 35 años,  llevaba una camisa blanca y un pantalón de vestir negro.

- Vera se me ha pasado el camión y pues quería saber si todavía está en servicio.

-sí claro, suba- abro la puerta trasera del coche poniendo mi mochila a un lado mío y el perrito me lo pongo entre mis pies y mis manos

-¿No le importa que suba a un cachorro?- me dirijo al conductor

- Antes al contrario,  me encantan los animales y más los perros - me lo dice con la mirada al frente y encendiendo el carro- ¿No le importa que ponga algo de música?

- No, adelanté

- ¿hacia dónde la llevó?

- A la colonia que se encuentra en la orilla de la ciudad, en la calle Jaral.

- Muy bien

El tiempo transcurría rápido ya sea por la música o por el perrito que estaba jugando con un cordón de mi mochila que movía.
Veo la ciudad por la ventana del taxi, las luces del lugar, la luna estaba  mas brillante  de lo normal y la montañas eran un buen conjunto con el entorno que se formaba.

- Llegamos- me dice el señor apagando el taxi - sería $170- saco mi cartera y le pago, agarró mis cosas y me bajo cerrando la puerta, el taxi arranca y se va. Cuando estoy enfrente de la puerta de mi casa saco mis llaves.

- Espero que estés preparado para lo que viene, ok - entró a mi casa y lo primero que veo son a mis padres  con la cara de enojados.- antes de que digan algo les quiero presentar el motivo por el cual me tarde en la escuela- elevó al cachorro, pero mi padre sigue con su misma expresión en cambio mi madre me mira con cara de confundida.

- Lo importante es que ya llegaste, a hora ay que irnos a dormir, has de venir cansada - confirmo con un movimiento de cabeza a mi padre- pero ni creas que te has salvado de una regañada, mañana hablaremos del asunto, ok

- Si - con eso todos nos dirigimos a nuestros respectivos cuartos, al entrar acomode al perrito en una camita que tenía desde hace tiempo. Me puse mi pijama, acostándome en la cama.

Sin embargo no pude dormir toda la noche aunque lo quisiera...




Escuela 66Donde viven las historias. Descúbrelo ahora