Muros de papel, casas de ceniza.
Vidas vacías consumidas por el fuego, sin sentido.
Una sociedad hipócrita rodeada de mariposas de culpa y rencor,
Revoloteando en un cielo de ira, sobre un Luna solitaria.
Oh cuán afortunados somos de poder morir,
seres capaces de poder ver la ponzoña rezumante de la humanidad
para poder apreciar mejor el descanso sempiterno que se nos ha otorgado.
Deseoso estoy de poder disfrutarlo pronto,
pues ya he visto demasiado a través de mi ventana,
encerrado en una jaula de ceniza.
Mi único consuelo son las fugas de felicidad que me otorgo a mi mismo,
cada vez que me corto mi débil carne un rubí liquido sale a la luz,
concediendo color y felicidad al triste y gris mundo el que vivo.
Necesito más, cortarme más, dame más.