¡No Tocar A Chile!

Chile.

GRACIAS A Mg_Shimmy POR LA HERMOSA PORTADA, TE AMO. \\\

El dolor que tenía en el pecho era horrible, ni siquiera podía dormir.

No debió haber abierto la boca, ni siquiera haberlo pensado. El daño estaba hecho... La había dañado, a su pobre Paloma.

Su pobre Perú.

Chile soltó un suspiro, dándose varías vueltas a la cama, cerrando con fuerza los párpados.

Su teléfono vibró unas cuantas veces, era su amigo celeste; Argentina.

Tomó el teléfono, haciendo un esfuerzo por que su voz no sonará tan destrozado.

—¿Aló?

—¿Chile? ¡Vení a donde Brasil, estamos haciendo un asado!

Chile lo pensó unos segundos antes de responder, chasqueando la lengua.

—Ven a buscarme, po'.

—Voy con los pibes.

—No, ven solo.

Y se cortó la llamada. Corrió al baño para alistarse y cambiarse de ropa.

Estaba a punto de cambiarse la camisa cuando el timbre sonó. Chile, aún con la camisa en la mano, abrió la puerta.

—Hola.

—Hola, pelot-

La voz de Argentina quedó en el aire, aún sin palabras para describir lo que veía. Tosío falsamente.

—Poneté la camisa si no quieres que te viole.

—¿Y si quiero?

—No, no queres.

Chile soltó una grave carcajada, una que a Argentina le sonó como el canto de un ave. Sonrió, mordiendose el labio inferior mientras se acercaba a él, con una lentitud tortuosa. Chile podía sentir el aliento de su amigo chocando contra la piel de su cuello.

—¿Querés?

—Y-yo.

Y sin pensarlo dos veces, las manos de Argentina recorrían su abdomen desnudo, acercando sus labios a su cuello para dejar mordidas en el mismo. Chile soltó un pequeño gruñido antes de posar sus manos en su nuca, disfrutando.

Estaban en la puerta de su casa, cualquiera podía venir y encontrarlos así.

Chile, ya harto de no tener el control, lo tomó por el cuello y lo lanzó contra la pared de su casa, con una sonrisa lujuriosa.

—¿Eres versátil, Argentina?

—Ven y pruébalo. —Tentó, aún mordiendose el labio inferior, provocándole.

Chile se acercó a el, retirando su polera al instante. Sus manos recorrieron lentamente su abdomen, quitándole un gemido al azul.

—Sos un hijo de pu- Ah~.

Chile rió, separándose de él.

—Tenemos un asado.

—¿Me vas a dejar con las ganas?

—Sí. Vamos.

Argentina gruñó frustrado mientras se ponía nuevamente la polera, la cual el contrario había tirado sin cuidado a una esquina del salón... Pero había un pequeño sonrojo bajo sus ojos, uno que lo delataba.

Y el plan de Chile solo empezaba.

—

¿LES GUSTA ESTA WEA?

A MI NO SÉ, YA QUIERO SACAR A PERÚ.

So, basically, amigos con derechos xD.

Y Argentina esta entrando en terreno peligroso uwuwuwu.

Creo que esta es mi despedida

¡Bais!