Capítulo 01

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Recuerdo el día que perdí la cabeza.

El sol había salido y el día era brillante. Era jodidamente miserable.

A través de la ventana de mi departamento, vi a gente correr, andar en bicicleta, riendo en Central Park. Los pájaros cantando y no había una sola nube en el cielo.

¿Mencioné que era miserable?

Sí, recuerdo todo sobre ese día. Cada cosa, pero eso no es lo peor.

Lo peor es que todos los demás lo recuerdan también. Y la cosa sobre que todos los
demás lo recuerden es que nunca lo olvidan. Y tampoco dejan que lo olvides.

Como si necesitaras más recordatorios.

Como si no revivieras esos momentos con detalles muy vívidos y gráficos. El día que
cruzaste al otro lado.

El lado donde viven los locos.

Siempre he estado a horcajadas en esa línea y he hecho un gran trabajo para mantenerme en el lado sano. Porque desafortunadamente, todos los demás en mi familia están cuerdos y no locos. Siempre he querido algo en común con ellos. Aparte de mi cabello plateado, claro.

Vengo de una familia de mujeres de cabello plateado y ojos verdes. Además, altas.

Las mujeres Taylor son altas, largas con cabello largo, hermosas y lo han sido durante
generaciones. Es nuestra firma en realidad. Sin mencionar la moda y el éxito.

Somos dueñas de una tienda, una boutique de ropa llamada Panache en Madison Avenue
que abastece a los neoyorquinos de dinero antiguo y a los de altos del lado este.

Cuando nací, mi mamá, mi abuela, mi tía, mi prima mayor que tenía ocho años en ese
momento, todas pensaron que yo sería como ellas. De hecho, confiaban tanto en mi Taylor-
cidad que ya habían decidido un nombre adecuado para un bebé Taylor: Willow.

No deberían haberlo hecho.

No hay nada largo en mí. No soy delicada, ni agraciada, ni alta.

Excepto por el legendario cabello plateado, no poseo ninguna de las cualidades de las Taylor. Mis ojos son de un sorprendente tono azul. Soy demasiado pequeña y mi sentido de la
moda es un par de shorts, zapatillas y camisetas con citas de Harry Potter.

Pero lo que más me molesta es que nací con algo más que sangre en mis venas. Algo
extraterrestre, alienígena, posiblemente de color azul, de ahí el color extraño y no el color Taylor en mis ojos. Algo oscuro y sombrío, con largos dedos en forma de garra. Algo que me
ha pesado toda la vida.

—¿Has pensado en ello?

—No —le digo.

—¿Has pensado en hacerte daño de alguna manera?

—No.

—¿Estás lista para hablar sobre lo que pasó esa noche? —pregunta ella.

Levanto la vista de donde estoy jugando con mis uñas cortas. No nos permiten mantenerlas largas y afiladas en el interior.

—¿Qué hay con eso? —pregunto, como si no la hubiera escuchado fuerte y claro.

—Sobre tu intento.

—No fue un intento.

—Entonces, ¿qué crees que fue?

—Un accidente —le digo—. Fue un accidente.
Josie, mi terapeuta, me da la mirada.

Esa mirada.

La mirada donde piensan que estoy loca y mintiendo, y me tienen lástima. Piensan que
si me empuja demasiado, podría explotar.

medicine man | sm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora