El décimo noveno día.

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El décimo noveno día quise hundirme en trabajo. Ignorar las clases de canto y de baile. Quise distraer mi mente en algo que no sea la mala suerte que me perseguía.

Pero tus amigos del trabajo llamaron avisando que las fechas de entregas se acercaban y no iban a poder estar presentes en la sorpresa de compromiso. Que les encantaría estar en la boda, pero que en ese preciso momento estaban demasiado estresados como para hacerse tiempo libre. Y los comprendí. Me sentí igual. Pensaba en si no podríamos saltearnos todo aquello y pasar directamente a la parte del "si, acepto". Deseaba que estuvieras ahí.

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