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CHAPTER FOUR
Thomas Merlyn no dejó a Andrea sola ninguno de los días que estuvo en Starling City, la acompañó hacia dónde sea que ella fuese, estuvo presente en los almuerzos con su familia, estuvo allí cuando con Thea tuvieron un día de mujeres -y él-, le hicieron su pedicura, arreglaron su cabello y participó activamente del cotilleo con todos los dramas adolescentes de Thea Queen. Cenó con ellas, ayudando a "cocinar" porque no hizo más que estorbar y provocar grandes carcajadas en la menor, quién agradecía tener a esos dos juntos por una noche porque sanaron levemente la enorme herida en su corazón.
Esa noche, Thea abrazó a Andy con mucha fuerza.
─Se siente muy solitaria la casa sin ellos ─le dijo, mientras mantenía su cabeza en el pecho de ella, que jugueteaba con los rulos bien formados de la castaña─, a veces siento que perdí el rumbo de toda mi vida. No sé si en algún momento seré capaz de... avanzar. Mamá, ella no habla de ninguno. Creo que es su manera de procesar todo lo que sucedió, y no la culpo, pero no actúa como una madre conmigo, a veces me gustaría que lo hiciera, pero simplemente no lo hace. Ollie era... bueno, lo conoces mejor que yo ─musitó, y el nudo en la garganta de la mayor impidió que dijera algo─, es bueno que estés aquí, aunque sea por unas horas, si estás aquí, es como si él estuviera con nosotras. La casa se siente cálida nuevamente.
Thea cerró sus ojos, escuchó el palpitar tranquilo del corazón de la mayor y eso logró calmar sus desenfrenados pensamientos que iban siempre a mil por segundo.
─Aunque no esté en Starling City, siempre estaré contigo, Thea ─musitó ella─, a veces no le doy mucha importancia al celular, pero puedes enviarme todos los mensajes de voz que quieras y ten seguro que te responderé ─prometió, mientras los ojos grandes la menor la veían─. Lamento no haber estado contigo cuando el dolor que sentíamos nos agobió tanto, pero estoy aquí ahora, y puedes desahogarte tanto como quieras. No iré a ningún lado esta noche.
La chica asintió, volviéndola a abrazar.
─¿Piensas mucho en Ollie? ─preguntó. Andy tragó saliva.
─Demasiado ─musitó─, a veces me pregunto si podría haberlo impedido. Quizá, si le exigía un poco más quedarse aquí, nada de esto habría pasado.
─¿Crees que habría aceptado?
─No, era muy cabeza dura ─respondió Andy, haciéndola reír un poco─. Pensar en él es doloroso la mayor parte del tiempo, y siempre intento estar tan ocupada como sea posible, con tal de que no aparezca en mi cabeza. Siento que su simple recuerdo me puede hacer pedazos.
─Si me duele a mí, no quiero imaginar cómo te duele a ti ─musitó Thea, sintiendo lástima por ella─, perder al amor de tu vida es algo inimaginable.
