Aristemo||Emiliaco ; One―shots.

One―shot; Emiliaco

¿Construyendo o destruyendo?

Sentía su corazón a mil por hora y no podía culpa a su órgano palpitante, esperaba nada más y nada menos que a su novia María, llevaba una hora esperando en un banco cerca de los estudios de Televisa. Iban a festejar que al fin presentaron el final de la serie después de tres temporadas a los ejecutivos, suspiro viendo su teléfono en busca de un mensaje, no había nada.

― ¿Emi? ― Sus ojos se encontraron con la mirada curiosa de Joaquín Bondoni. ― ¿Otra vez solo?

― Solo esta demorada, no te fijes. ― El más bajo rió y coloco la mano en el hombro del muchacho para darle un par de palmada. ― ¿Que verga Joaco?

― Intento calmarte, ¿Por? ― Dijo sin mirarlo, Bondoni estaba consumido por el pánico en la situación no lo había planeado y no sabia que hacer. ¿Cómo no estar nervioso? Emilio Marcos le sonreía de manera gentil y sentía la necesidad de tocar su mejilla y así lo hizo, Dios. Joaquín moría por besarlo una vez más pero un zumbido lo mantenía en la realidad "La heterosexualidad de Emilio" sabia que su publico lo amaba, y que todos esperaban una realidad muy ajena a los dos.

― ¿Cuantas veces he tenido este dejavú? Tú solo esperando. ― Pregunto el menor aún sin mirar a su compañero, por su parte el más alto quito la mano de Joaco y acaricio su nuca.

― Me saliste mamoncito Bondoni, nadie pido tu perra opinión. ― Hablo alzando la vista directo a el rostro de su compañero que jugaba con sus dedos.

― Tú sabes que siempre me voy a preocupar por ti.

― Carajo Joaquín, no de nuevo.

― Si Emilio, de nuevo. Tú sabes que siempre voy a estar por que te amo, ya no me quiero callar. ― Susurro con la mano apretando aún su pecho.

― Ya hablamos de esto, por favor Joaco. ― Pero no pudo terminar lo que iba a decir, pronto su compañero tapo su boca con su mano derecha mientras sostenía su corazón con la izquierda. Pronto Emilio se dejo llenar por unos segundos con aquella fragancia crítica que desprendía la muñeca del menor.

― No Emilio, tú has hablado. ― Hizo una pausa antes de mirar sus ojos de nuevo, no quería que lo vieran con lágrimas asomándose por sus grandes ojos café. ― Nunca me has querido escuchar cuando intento sacar todo esto que me hace doler el pecho cada vez que pienso en ti. ― Dijo con un hilo de voz bastante agudo, seguido de un gimoteo de que dio paso a las lágrimas cayendo por las mejillas carmesí del muchacho. Pronto Joaquín le deshizo el agarre y le dio la espalda. ― Te apoye cuando nadie más lo hizo, he secado tus lágrimas cuando ella no quiso responder a tu llamado, cuando se enojo por las escenas con Azul, cuando ambos gritaron por lo estresante que no es poder amarse por la distancia. ― Hizo una pausa y Emilio pudo observar como el chico pasaba la mano por su rostro, no lo podía ver bien de espaldas pero seguro estaba limpiando sus lágrimas. ― Te acompañe cuando tu llanto por no ser lo que tu padre espera se hizo fuerte, abrí mis brazos para ti, mi cuerpo, mi corazón... Te permití besarme aunque sabia que luego te irías como si nada hubiera pasado, el problema no eres tú, fui yo el que supo amarse y aún así quiso amar a alguien más.

― Y ese es el problema, ¿Cómo amas a alguien que fue tan cabrón contigo? ― Emilio coloco su mano en el hombro del contrario y lo obligo a voltear, sus ojos se veían rojos e hinchados y aún quedaban gotas esparcidas en su rostro, aquella imagen le partió el alma. ― No quería ilusionarte, yo no podía aceptar tu declaración de amor.

― Lo sé. Y no voy a esperar una respuesta, tampoco voy a quedarme mirando como eres feliz como si jamás hubieras hecho nada malo. ― Sus ojos se encontraron una vez más y Emilio pudo ver paz en los ojos de Joaquín, a pesar del llanto nada le impedía dedicarle una sonrisa al muchacho de rizos, pronto el menor camino a paso lento hasta quedar frente a frente del mayor, sus frentes se unieron y por reflejo Emilio cerro sus ojos y sintió como el aliento de ambos se iba mezclando poco a poco, Joaquín lo besó.