Acercamiento

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La mansión Sakamaki, hogar de los cinco hijos de KarlHeinz y sus esposas.

No tenía mucho tiempo que todos se habían interesado en la existencia de su pequeña hermana menor; Subaru, aquella pequeña albina que prefería estar a solas, visitaba la torre donde se encontraba su madre, cuidaba las rosas blancas que alguna vez la albina mayor amo tanto, sin embargo, había dejado de entrar a verla ya que Christa había perdido por completo la cordura, Subaru se había visto envuelta en insultos y desprecios de la mayor, así que optó por sólo observar la torre por fuera...

Algunos años pasaron, su padre le comunicó que su madre había muerto. Subaru, devastada permanecía aún más tiempo a solas, en ocasiones no comía, le dolía ver a sus hermanos a lado de sus madres que si bien era estrictas con ellos, al menos las tenían a su lado.

Lloraba en silencio, la mayor parte del tiempo la pasaba frente aquella torre...

Mientras tanto, sus hermanos no pudieron acercarse a ella por culpa sus madres, Beatrix y Cordelia siempre despreciaron a la menor.

Por otra parte Shu , el mayor de ellos; luego de la muerte de su mejor amigo también se aisló aunque eso hizo que se diera cuenta de lo que sufría su hermana, las primeras semanas de su aislamiento simplemente la ignoró pero eso cambió cuando la escuchó llorar... Se sintió extraño, sentía la necesidad de proteger la.

Poco a poco Shu comenzó a acercarse a Subaru, la miraba a una distancia prudente no quería incomodarla... Mientras crecían la cuidaba, hacia cosas simples como asegurarse de que sus hermanos, más específicamente los trillizos dejarán de molestarla, no es que hicieran un gran alboroto, simplemente no quería que nadie la molestara o le  hicieran más daño del que ya le habían causado, aunque los trillizos sólo querían llamar su atención... Subaru se había percatado de lo que el mayor hacia por ella, así que le permitió acercarse, si bien no conversaban pero al menos sentir su presencia era suficiente.

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Un cuatro de noviembre, cumpleaños de la albina, el mayor se acercó a su habitación, tocó la puerta de la menor y al no recibir respuesta decidió entrar, encontró a la albina sentada en el borde de su ataúd mirando por la ventana, ese día cumplía 10 años... Ese día se acercaría más a ella.

—¿Subaru?... — llamó con voz suave. La albina apenas y se movió de su lugar, volteó a verle y de inmediato limpió sus lágrima haciéndose la fuerte.

—¿Q..que es lo que quieres...?

—....— al principio no recibió una respuesta por parte de su hermano hasta que se puso frente a ella, entonces se puso en cuclillas.

—Te... Te traje algo...—

—¿Me trajiste algo? ¿Por qué?...

La menor lo miraba con cierta sorpresa, nunca hubiese esperado aquello aunque le alegraba un poco.

—Sí... Hoy es tu cumpleaños ¿No? Así que... Toma...—

Le dió una pequeña caja adornada con papel brillante como la luna y un listón rojo. Subaru miraba un poco incrédula la situación, nunca nadie le había regalado algo, salvo por la daga de plata de su madre.

La expresión del rostro de Subaru había logrado conmover a Shu, era simplemente algo digno de ver y recordar por siempre pero, no cualquier podría verla así, no permitiría eso...

Desde hacía ya algún tiempo que comenzó a sentir algo diferente por esa pequeña niña y ahora que él tenía 15 años ese interés había crecido mucho más. Sólo deseaba que creciera rápido. Mientras pensaba en ello la menor comenzó a abrir la caja, dentro de ella había un collar y un bello dije de oro en forma de llave.

—Es... Es muy hermosa...— miraba su regalo y después miró a su hermano lanzándose hacia él para poder abrazarlo, en realidad no había pensando en esa acción tan solo lo hizo haciendo que Shu cayera hacia atrás y ella sobre él.

Se quedó en shock por un momento siempre había imaginado la sensación de poder tener cerca a la menor, la realidad fue mucho mejor, luego reaccionó, su hermana lo abrazaba y sollozaba en su pecho. Llevó un brazo al rededor de su pequeña cintura abrazándola también.

—¿Qué sucede?—

—Estoy muy feliz... De que te hayas acordado de mi cumpleaños y... De que me hayas dado un regalo—

Murmuró la menor entre leves sollozos, sus mejillas estaban rojas, fue la primera vez que pudo experimentar una sensación diferente a la soledad y la tristeza... Se sentía feliz; una sensación muy agradable...

Durante el resto de la noche la pasaron juntos, fue la primera vez que ambos tuvieron una conversación.  Desde entonces fueron inseparables más ahora que Beatrix había muerto, ahora nada impediría que Shu estuviera cerca de su hermana, ahora él conocía lo que ella había sufrido, no quería que volviera a pasar por eso, se encargaría de protegerla.

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Aclaraciones del capítulo  y la historia en general....

Mi primer historia de Diabolik Lovers, espero alguien la lea :'v y que si lo hacen les guste ❤️

Amo el Shubaru ya sea Subaru hombre o mujer. Hago esta primer historia con Fem Subaru así que disfruten~

Las edades serán variadas, conforme avance la historia se irán revelando las edades de los demás, algunos de quedarán igual :v

Hasta el siguiente capítulo ;)

Mi Subaru~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora