Celos...

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Subaru miraba su nuevo uniforme, confeccionado a su medida, según Reiji... No le gustaba tener que usar una falda y menos siendo más corta que la última que tenía.

Esa noche al bajar a comer encontró en la sala a los trillizos, primero estaba Raito que no dejaba de mirarla inclusive se acercó a ella por su derecha con una sonrisa coqueta.

—Imouto-chan~ qué linda te ves con ese uniforme ¿Es nuevo?—

Antes de que la albina pudiese decir algo el de cabellos morados la interrumpió llegando por el lado izquierdo.

—A Teddy le gusta ese nuevo uniforme, cree que es muy lindo... ¿Verdad Teddy?

Las mejillas de la menor estaba sonrojadas, era la primera vez que se le acercaban de esa manera, nuevamente antes de poder decir algo, Ayato llegó frente a ella deteniendo sus pasos, le sonrió de manera arrogante invadiendo su espacio personal.

—Subaru-chan... Te ves diferente... Me gusta...—

Antes de que pudieran hacer o decir algo más, Shu había aparecido apartando a la menor de los trillizos rodeándola por los hombros.

—¿Shu...?— susurra la menor mirando la escena.

—Tsk... ¿No puede haber un día en el que la dejes respirar?— Ayato fue el primero en expresar la molestia que sentía, él también quería compartir tiempo con su hermana...

—Eso no te importa...— Miró al menor de mala manera poniendo a Subaru detrás de él.

—¡Claro que me importa! Siempre quieres acaparar todo, ¡maldito vago!

—Ayato-kun... No causes problemas...— tuvo que interferir un momento Raito antes de que sus hermanos comenzarán a pelear.

Ambos se miraban desafiando se mutuamente, Subaru estaba confundida por la situación... Harta de eso se puso enmedio de ambos.

—Ya basta... No actúen como unos niños, es irritante... Además, Reiji dijo que nos diéramos prisa, tenemos que ir a...

El nombre de Reiji resonó en los oídos de los cuatro hermanos provocando una mueca de desagrado en todos ellos, especialmente en Shu quien había notado que su molesto hermano había estado demasiado tiempo con SU hermana...

—¡¿Reiji?! ¡¿A quien le importa Reiji?!— los ojos azules del rubio se habían ensombrecido a lo que la albina retrocedió un poco, por otro lado Ayato mantenía una mirada sería, algo raro en él, nunca los había visto así.

El resto de los hermanos no se inmutó, comenzaban a entender los sentimiento de Shu, poco o mucho los entendían...

—Shu... Escucha...— Subaru quiso acercarse a él pero Shu se alejó y se fue de la habitación dejando aún más confundida a Subaru.

Ayato, sin decir más se fue seguido de Kanato, por su parte Raito espero un poco más para poder acercarse de nuevo a su hermana.

—Imouto-chan~ no te preocupes por ellos, ya se les pasará~— la rodeó de los hombros, su sonrisa creció cuando vio las mejillas de la menor ponerse rojas, últimamente tenían la costumbre de invadir su espacio...

—Nfu~ Eres tan linda, imouto-chan~ te veré en el almuerzo...— dicho aquello y aprovechando que no había nadie más, acercó su rostro al de la menor dándole un beso en la mejilla izquierda.

La albina estaba totalmente en shock ¿Que se supone que había pasado? ¿Por qué Shu y Ayato iban a pelear? ¿Por qué se molestaron tanto por mencionar a Reiji? Y ¡¿Por qué Raito la había besado!?...

—Ese idiota... No, no sólo él... ¡Todos son unos idiotas!— sin más fue a la mesa encontrándose ya con todos dos sus hermanos. Tomando asiento en medio de Reiji y Shu, el ambiente aún se sentía tenso.

Mi Subaru~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora