NO.Mamá cada vez que sale me dice: "Te amo" después de eso me abraza. A veces pienso que se esta despidiendo, como si ya no fuese a volver jamás.
No quiero que eso pase.
No quiero ni imaginarlo.
No quiero perder también a mamá.
No sé que haría si eso pasara.En fin. Salí de casa, hoy también tenía que ir a esas estúpidas citas con aquel psiquiatra.
– Bienvenida de nuevo, Camila. –Sonrió al verme.
– Hola.
– ¿Qué hiciste ayer después de la consulta?. –Preguntó sin esperar tan siquiera a que me sentara, ¿qué le pasa a este hombre?.
– Nada.
– ¿Todo bien en casa?. –Recordé la habitación de Sofi.
– Sí.
– ¿Cómo está tú mamá?. –Preguntó mientras anotaba algo en su libreta.
– Esta bien. –Me apresuré a decir.
– ¿Segura?. –Asentí. –Bien, creeré en ti.–Rió. ¿Qué le es gracioso? Mamá padece de depresión y adicción a las pastillas para dormir, no le veo nada de gracioso a eso.La consulta llegó a su fin así que salí de aquella habitación que ya me estaba empezando a agobiar.
– Hola. –Me dijo una chica de cabello negro mientras me sonreía.
– Hola. –Respondí, la chica se detuvo al frente de mi, sus ojos eran verdes, parecidos a los de mamá.
– ¿Cómo te llamas?. –Volvió a sonreír. ¿Por qué lo hace tanto?.
– Camila.
– Lauren. –Mencionó ella luego de unos segundos para después extenderme su mano. La tomé para no ser descortés, odiaba a la gente así. Sin embargo a veces lo era, ¿cómo puedo ser tan contraría a mis pensamientos y gustos?.– ¿Estás bien?. –Preguntó mirándome con preocupación.
– Mmm, Sí. –Observé que aún seguíamos tomadas de las manos. – Tengo que irme. –Solté su mano para salir rápidamente de ese edificio...