3. Sin bullying no hay amistad

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-¿Hay alguien?- pregunto nada más abrir la puerta de la casa de mis abuelos.

-Hola cielo- el abuelo aparece frente a mi- Bruno ya se ha llevado vuestras cosas, aquí tienes las llaves.

Veo como me sonríe algo triste y me acerco para abrazarle.

-No estés triste, abuelo, vendré todas las semanas a haceros una visita- dejo un beso en su mejilla- me despido de la abuela y me voy.

Después de más de diez minutos de escuchar a mi abuela hablando de lo mucho que me va a extrañar, Leslie y yo volvemos al coche.

-Que familia tan intensa- Leslie me mira divertida, pero noto por el brillo de sus ojos que algo no anda bien, y sé perfectamente lo que pasa.

-Supongo que si extrañarás un poco a tu familia, ¿no?- empiezo a conducir hacia la nueva casa.

-No, nunca jamás- se ríe, pero yo sé que miente.

-Sabes que no te voy a insistir con el tema- digo mientras giro a la derecha- pero te conozco, no estás bien.

-A veces siento envidia de como es tu familia- no me mira y sé que lo hace para no llorar- quiero decir, tu madre casi nunca está en casa, pero te llama todos los días, tienes una relación genial con tus hermanos, tus abuelos te aman...

-Te recuerdo que nadie tiene la vida perfecta, Leslie- como nos hemos parado en su semáforo, me giro a mirarla- me conoces mejor que nadie, sabes que por mucho que la gente piense que soy perfecta y no tengo ningún problema, no significa que sea así.

-Dios, das asco, siempre tienes algo que decirme- me regala una sonrisa y yo continuo conduciendo, durante un rato estamos en silencio, hasta que ella habla- gracias por estar siempre.

-No seas estúpida, somos mejores amigas- aparco detrás del coche de Jace- la una para la otra, ¿recuerdas?

Hicimos ese juramento con apenas cinco años, y desde entonces siempre ha sido así.

-Vamos a convencer a esos tonto.

-Leslie, la verdad es que no tengo ganas de hacer una fiesta- la miro seria- prefiero pasar lo que queda de día con vosotros, ya sabes, como siempre.

-Está bien, pero vamos a ser universitarias, tendremos que hacer fiestas- niego con la cabeza mientras me río.

Bajamos del coche, sacando todo lo que compramos, cuando intento meter la llave en la cerradura me doy cuenta de que la puerta está abierta, malditos monos sin cerebro, deben aprender a cerrar con llave. Si, estamos en un vecindario seguro y con vigilantes pero eso no significa que no pueda pasar algo malo.

Dejamos todo en la entrada y le enseño a Leslie la planta baja, parece que a lo que más atención le pone es la chimenea.

-Solo espero que nunca encendamos esto, te recuerdo que vivimos con Ian.

Subimos primero a mi cuarto, dejo las cosas tiradas en el suelo y salgo seguida de Leslie, le digo cual es su habitación (es un poco por instinto, de las dos puestas que nos señaló mamá una está cerrada, entiendo que en esa está Ian), ella se limita a tirar su sudadera encima de la cama, su manera de marcar territorio supongo.

-Ya habéis llegado- Bruno sale del antiguo despacho del abuelo con una sonrisa- venid al coche a por vuestras cosas.

-Me he traído el coche de mamá, luego iré a llevarlo, ¿vienes conmigo y nos traemos a Chloe?- pregunto mientras salimos de la casa.

-Si, además, tenemos que ir a supermercado.

Una vez tengo mi habitación a mi gusto miro la hora, son casi las siete y media, por lo que voy a buscar a Bruno a su cuarto.

Someone Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora