EPÍLOGO

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P.V.O Bella:

Sonrío al ver mi perfil en el espejo, mi vestido queda ligeramente levantado en la zona del vientre y eso solo consigue que sonría todavía más.

-Estás preciosa, nena- al escuchar la voz de Luck me giro hacia la puerta del baño, él está apoyado en el marco de ésta y lleva un traje que le queda como anillo al dedo.

Se me acelera un poco el corazón cuando él se acerca y pone una mano sobre mi vientre, una pequeña patada y él sonríe. Pero nuestro momento de paz acaba cuando Leslie empieza a gritar como una loca en la habitación de al lado.

Pongo los ojos en blanco y salgo del cuarto para ir al de Leslie, cuando abro la puerta ella está en ropa interior mientras le grita a su madre.

-¿No ves que eso no va así?- sonrío ligeramente y me acerco a ella- ¡Isabella ve a buscar a alguien que sepa cómo se pone el vestido!

-Yo sé cómo se pone, te recuerdo que lo he diseñado yo- alzo una ceja y ella suspira.

Menos mal que la conozco y no voy a dejar que me saque de quicio, menos un día como hoy.

-¡Pues cierra la puerta y ayúdame! ¿¡A caso quieres que todos me vean en bragas!?- niego con la cabeza mientras cierro la puerta y vuelvo a su lado.

Nos lleva casi quince minutos y muchos gritos, pero Leslie por fin tiene puesto su vestido. La parte superior es de encaje semitransparente, mientras que la inferior es larga hasta los pies, pero con cortes en ambas piernas, haciendo un efecto de caída increíble. Siete meses me llevó hacer que le gustase y fuese lo suficientemente sexy para ella.

-¿Qué tal estoy?- se mira de arriba a bajo, lleva el pelo rizado recogido en un moño, un maquillaje natural, un par de pulseras y, como no, unas deportivas.

En ningún momento me molesté en sugerir que se pusiera tacones, Leslie es así, y a pesar de todo, la quiero.

-Estás increíble, eres la novia más guapa del mundo- tengo los ojos húmedos, pero le voy a echar la culpa a las hormonas.

-¿Eso lo dices por qué soy tu mejor amiga o porque llevo tu estúpido diseño de vestido?- alza una ceja mientras camina por la habitación.

-Por ambas, y porque yo todavía no me he casado- me alzo de hombros cuando ella centra la vista en mi vientre- seguro que en el infierno hace calorcito.

Sonrío como una niña mientras me acaricio la barriga y saldo del cuarto para acabar de prepararme, aún estoy descalza y con el maquillaje al medio hacer.

Llevo un precioso vestido verde botella, con excote, largo y abierto en la pierna, Leslie me prohibió tajantemente ir más sexy que ella.

[...]

Sonrío con lágrimas en los ojos cuando Leslie se pone al lado de su casi marido, pero antes de que el hombre que oficia la boda pueda hablar, ella se gira hacia el pasillo que hay entre las sillas y por el cual ella acaba de pasar de la mano de Luck.

-Sabes que no podía dejar a nuestros hijos fuera de esto- sonríe mientras se alza de hombros.

Enseguida sus bebés aparecen por el pasillo, el mayor tiene dos años, es rubio y da los besos más llenos de babas del mundo, el segundo apenas tiene cuatro meses, pero su pelo castaño y blanco te enamora. Efectivamente, sus hijos son un labrador (Quesito) y un husky (Azúcar).

Cuando el cachorro aparece a mi lado le cojo en brazos, mientras Quesito se sienta entre Luck y yo.

Es entonces cuando empieza la ceremonia, y como no, Leslie nos ha pedido que cada uno hagamos un discurso ahora, porque dice que en el brindis estará demasiado borracha para acordarse.

Someone Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora