Atena

Prólogo

La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos.
- Jean Le Rond D'Alembert

Cada día que pasa estamos más cerca de caer en el abismo que se abre a nuestros pies. Todo el mundo intenta ocultarlo con bailes y eventos sociales para evitar que cunda el pánico. Pero aún así, saben que las posibilidades de un cambio de rumbo que nos permita volver a tiempos de paz es ya mínima.

El poco equilibrio que existía en Hélade está a punto de explotar, las intrigas de la corte y la corrupción del parlamento están tensionado demasiado la fragilidad de nuestro mundo. Todo funcionaba dentro de ese caos controlado, hasta que dejó de hacerlo, hasta la llegada de los levantamientos.

Cada incursión de los rebeldes que se levantaron contra la corona y nuestro gobierno nos recuerda que otra gran guerra es posible, y no está lejos. Ese momento se acerca, sigiloso, en cada reunión fallida del parlamento, en cada desaparición e incluso en la falta de un rey que sepa poner orden. El caos va ganando le terreno a la fingida paz que ha reinado durante años en Hélade.

Los rebeldes responsables de los levantamientos tan solo son una sombra, un eco del descontento de aquellos que se han atrevido a plantarle cara al parlamento, a la corte y al rey. Nadie sabe quiénes son, unos bárbaros inadaptados a la sociedad o el vecino que participa del consejo real. No saber quiénes son o qué quieren conseguir los hace impredecibles e incontrolables.

¿Y nuestro Rey? No es más que un niño que juega a ser poderoso. Bastien Chamberland IV es alguien distante, frío y calculador, que nunca se relaciona con nadie, a menos que sean sus favoritas. Su actitud le ha valido el descontento de todos, ni el parlamento, ni la corte ni el pueblo le respaldan. El rey se ha convertido en el blanco de los suyos y de los rebeldes.

Desde los condados el mejor remedio para el caos es fingir la normalidad. Manteniendo distraída a la alta sociedad y ocupados todos los negocios de la ciudad. ¿Pero qué pasará cuando un baile no pueda ocultar el desastre?