La enfermedad de los suspiros

44 7 0
                                    


Kim Taehyung

Kim Taehyung era un hombre joven, quien había aprendido, de su decadente vida, a comportarse. Ejercía la carrera de medicina, con la cual anhelaba ser de ayuda para mucha gente. Sus días sin gloria ahora solo se manifestaban en recuerdos para sentir satisfacción de su agradable presente.

Durante su primaria juventud fuera de control, se le adjudicó un brillante apodo por parte de su hermana: "V". V por venganza y porque una cicatriz con esa forma, se dice, queda plasmada en la espalda de los ángeles caídos. Pero Taehyung, al ser un joven demasiado reflexivo, contradecía a su hermana, diciéndole que él, ni siquiera de manera metafórica, era tan puro como para merecer un par de alas. Basado en ello, terminaba aclarando que éstas, si alguna vez las tuvo, no eran de verdad, se habían fabricado de un material diferente y debido a ello se habían desvanecido muy pronto. En pocas palabras, Kim Taehyung se llamó Ícaro.

Obviamente, si él tenía a su favor la dicha de la reflexión y la duda, llegó un momento en el cual se percató que –por el hecho de ser un joven– el mundo, el destino o, más bien, la vida en sí, no iba a librarlo de las desdichas que, supuestamente, sólo llegan al envejecer. Con haber visto a uno de sus compañeros del vicio morir, su entendimiento llegó a hacerlo actuar en su favor. Cambió para su beneficio. De esa manera, Kim Taehyung llegó a resaltar como uno de los médicos más queridos de la ciudad pues, sin contar que sus consultas eran accesibles para todo público, no sólo se enfocaba en ayudar con el medicamento a las personas, también les aconsejaba en su vida diaria.

Durante los años que se encontró estudiando su profesión, percató que varias enfermedades, o quejas del malestar físico eran, algunas, ocasionadas por el desorden o el dolor del pensamiento. Así también pudo observar cómo algunos malestares psicológicos se desarrollaban por algún desorden de la salud física.

Taehyung vio la vida aún más diferente pues gracias a ese estudio, empezó a ser consciente de que la mayoría de las cosas están conectadas. Fue ayudando a las personas con dicha idea en mente. A veces los pacientes quedaban asombrados cuando Taehyung les recomendaba ir al psicólogo. Otras veces los pacientes decían tener sospechas de algún malestar psicológico, pero, al ser atendidos por el joven, se sacaba una nueva conclusión: como que su tristeza tenía más influencia por el fallo de una glándula.

Un día llegó ante él un joven de mirar sombría. Le aquejaba el pecho y su garganta. A pesar de que el médico se percató de otro malestar más, el paciente simplemente recibió tratamiento para lo físico. No siempre las personas están dispuestas a contar sus problemas. Pero, a la semana, volvió el mismo joven. Ahora se quejaba por un dolor en su cabeza y sentíase irritado. Parecía estar más dispuesto a hablar. Aunque, al final, no se atrevió a hacerlo.

Transcurrieron dos meses y lo volvió a ver. Su aspecto era de temer: había adelgazado drásticamente, ojeras se marcaban severamente en casi todo su rostro, su piel estaba dañada por una relevante y visible falta de cuidado, pero su mirada era más extraña, así como aquellos continuos suspiros que no paraba de emanar.

-¿Por qué suspiras tanto, Jeon JungKook? –El médico había aprendido su nombre.

El susodicho volvió a lanzar otro suspiro.

-Parece que me lo contagiaron –Dijo cabizbajo–. O, no sé. Bueno... nada. Olvídelo.

-Son tres veces las que has venido en tan poco tiempo. Hoy te vez muy cambiado. Pero en fin, ¿Qué es lo que ahora te molesta?

-El estómago. He estado muy enfermo. Adelgacé muy rápido. Siempre me duele. Siento inflamado el lado izquierdo y a veces el derecho. Ya no tengo apetito y si lo tengo, se esfuma muy rápido.

La caída de ícaro (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora