La mejor hermana mayor. 2

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Era lunes, el fin de semana pasó rápido. Aproveché para nadar, el único deporte que me permitía. Aún recuerdo cuando tenía 8 años y mi mamá me inscribió en esgrima sin el conocimiento de mi padre. Ella había practicado el deporte y le hacía mucha ilusión que yo también lo practicara. Fui suspendida cuando apenas llevaba 4 clases. Llamaron a mi mamá, y le informaron que no me llevara más a las clases, le dijeron que no sabía cumplir con las normas y que podía ser un peligro para mis compañeros.


La verdad disfruté mucho esas clases, aún me río cuando recuerdo la cara del imbécil de David o Diego, no recuerdo su nombre, cuando vio que mi florete había penetrado su mano, cuando poco a poco su guante blanco se llenaba de sangre me hizo sentir un torbellino en mis entrañas. De verdad ha sido una de mis momentos preferidos. El pobre niño lloraba mientras yo solo lo veía con mi sonrisa de lado. Mi padre al enterarse de lo sucedido le prohibió a mi mamá que me inscribiera a cualquier actividad extraescolar sin su previa autorización, y que de ser así, serían clases privadas, en conclusión ningún deporte de contacto se me permitió. Mi padre sabía que los disfrutaría, y que podía perder el control en cualquier momento.



- Buenos días, hermana. - subí la mirada de mi pantalla para encontrarme con la carita sonriente de Camilo.


- Hola- . Le respondí mientras volvía mis ojos a la pantalla. - felicitaciones por tu trabajo en Asia, la verdad lograste grandes acuerdos para la empresa.


- Pues te dije que no te iba a fallar, no? - imaginé su cara de felicidad, siempre esperaba alguna aprobación de mi parte, mi opinión era muy importante para el. - ahora solo falta afinar detalles y empezaremos a operar también en China.


- Me parece bien, encárgate de todo, tu cerraste el trato, así que estas a cargo - Mientras seguía atendiendo correos urgentes


- Te traje esto, lo vi y supe de inmediato que te gustaría - Puso en mi teclado un horrible oso panda de cerámica .


- Hermoso. Conoces tantos mis gustos - mientras tomaba esa abominación y la tiraba a la basura. - te puedes ir ya? -


- - Claro, sabía que combinaría con tu papelera. - se paró cruzó el escritorio y me abrazó por la espalda. Me besó en el cabello y se fue. Q



Los únicos hombres a los que tenía permitido cruzar mis límites físicos con abrazos y besos eran mi hermano, mi doctor, y mi papá. Mi papá había muerto hace 5 años así que solo quedaban mi hermano y doctor. Pero igual intentaba evitarlo lo más posible.


Recuerdo cuando mi papá me dijo que sería hermana mayor, mi papá aún no quería aceptar que yo no era normar, tendría 5 años, era muy retraída y no me gustaba compartir. Cuando vi a Camilo por primera vez en mis brazos, tuve tantas ganar de dejarlo caer, verlo tan débil y dependiendo de mi me hacía sentir que tenía el control sobre su miserable vida.


Afortunadamente nunca llevé a cabo mis fantasías. Pero siempre que lo veía en mis brazos, y saber que podía tener el control de su vida, creaba en mi placer. Pasé de querer acabar con esa pobre criatura a protegerlo de todos, nadie podía herir a mi hermano que no fuera yo. Y para el pobre idiota de Camilo, siempre fui su hermana amorosa que lo protegía de todo...


Sin Sentimientos. Mi Gran SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora