Cap 16 Mini Infarto

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Sigo mirando mi plato como si este en cualquier momento me fuera a hablar o tal vez estuviera a punto de revelarme los secretos del universo. Todos hablan animadamente, es obvio que papá logró su cometido y sus nuevos clientes se creyerón la historia de la familia feliz.

No puedo evitar reirme un poco porque sería muy gracioso que se enteraran que estamos lejos de ser una familia feliz, además que pensarían los padres de Lorenzo sí supieran que estoy viviendo con su hijo.

Me río otra vez y esta vez con más ganas porque si supuestamente Mala y Lorenzo son hermanos y además tienen una relación retorcida y asquerosa eso sí que definiría que ambas familias estas lejos de ser lo que quieren hacer creer a los demás.

Mamá me pega un pellizco bajo la mesa y debo decir que he hecho tanta fuerza para no gritar por el dolor que un par de lagrimillas se escapan de mis ojos. Mierdita, al parecer me estaba riendo más duro de lo que imaginaba, al ver a los demás comensales puedo notar que todos han parado sus interacciones para observarme interrogantes, me fijo en la mirada de cabreo de mi padre, la burla de mi hermana, la expresión interrogante de nuestros anfitriones. Evito posar mis hermosos ojos en Lorenzo, porque de verdad ahora mismo me sostengo en que aún no quiero enfrentarlo y lo que pueda pensar Mala sencillamente no me interesa.

-Lia hay algo que quieras compartir, es claro que algo te ha causado mucha gracia _Pregunta la madre de Lorenzo, puedo ver que en verdad luce interesada.

-No es nada señora Katia es solo que recordé algo.

-Esta bien cariño.

La madre de Lorenzo en verdad luce muy dulce y no sé como es posible que no apoye a su hijo en lo que realmente quiere dedicarse en su vida, igual es mejor no dejarse llevar por las primeras impresiones. Ya ves mi familia luce como si fuéramos de revista y la verdad es que no nos soportamos.

La cena termina y yo quiero salir de esa casa pero ya, no me pasan desapercibidos los constantes intentos de acercamiento de Lorenzo, solo que Mala no se lo ha permitido y yo mentalmente se lo agradezco, porque mi pobre corazoncito esta arrugadito como una uvita pasa. Lorenzo ha pasado de ser mi héroe a ocupar el primer lugar de personas no agradables en mi lista personal, es más le ha ganado a papá y a mí hermana. De verdad pensé que no era posible que alguién pudiera quitarles los lugares.

Nos despedimos prometiendo repetir la experiencia y nos subimos al auto de papá, quien va definitivamente muy feliz y eso solo me hace ver que su comisión en este negocio no va a ser nada despreciable. Pensé que como en el transcurso de la noche me había regalado un par de sus miradas de luego arreglamos, me estaría diciendo cuantos pares son tres moscas, pero no. Por su expresión puedo leer que ya se esta gastando sus ganancias mentalmente.

-¿Donde te dejamos Lia? _Pregunta papá sobresaltandome, porque en definitiva no había pensado en ello.

-Ya te digo papá.

No puedo dejar que me lleven al edificio de Lorenzo por dos razones. La primera es que no quiero revelarles mi ubicación y la segunda es que aún no decido si quiero ir allí y menos teniendo en cuenta que ir a su casa significa que tenga que enfrentar esa verdad que me tiene tan deprimida.

-Si no quieres que veamos donde vives por algo será. _Interviene mi hermana,  yo solo quiero matarla por ser tan chismosa y venenosa, pero lo mejor es controlar mi temperamento.

-Papá puedes dejarme donde Mandy, recordé que quede de ir a ver unos asuntos con ella.

-Te dejo donde quieras, solo espero no estes cometiendo más estupideces. _Comenta mi padre y obvio que él no podía dejar pasar la noche sin sus agrios comentarios.

Mi madre no dice nada, solo observo como masaje su cabeza en señal de que en definitiva esta a punto de tener una jaqueca.

Mi padre me deja en frente de la casa de Mandy y yo me despido de ellos con la mano. Cuando por fín se marchan yo tomo mi movil y pido un uber, ya que, claramente Mandy no va a recibirme en su casa, es más ni lo intento porque no tengo paciencia para mejorar su mal genio.

Solo me queda regresar al apartamento de Lorenzo igual no tengo más a donde ir.
Llegó a mi nuevo hogar y todas las luces se encuentran apagadas señal clara de que Lorenzo no ha llegado aún. Así que ingreso en la habitación y cierro con llave, ya que aún sigo en mi posición evitativa de verdades.

Como estoy tan calladita en mí habitación con las luces apagadas, puedo sentir cada ruidito que proviene del apartamento. Por lo tanto siento el momento exácto en el que Lorenzo llega, de inmediato me tenso porque siento sus pasos por todo el lugar, luego percibo como se acerca más y más a mi puerta. Las mariposas en mi estomago son casí insoportables y estan ahí Revolucionadas por pura anticipación.

-Lia estas ahí necesitamos hablar, tienes que escuchar. _Siento urgencia en su voz, como sí en verdad le afectara lo que yo piense de él.
Me quedo muy calladita sin hacer ni un solo ruido así pensara que me he dormido y se irá.

-Lia por favor se que estas ahí y se que me estas envitando. Por favor no te hagas ideas, escuchame sí.

No le abro y támpoco le respondo es que en serio no quiero enfrentarme a la realidad, Lorenzo me gusta de verdad y una cosa es lidiar con que tenga una relación estable y otra es darse cuenta que esa novia en su hermana. Por Dios eso es algo de verdad grande.

-Lia lo capto vale, se que lo que supiste hoy suena horrible, pero todo tiene una explicación lo juro.

Ya no puedo más así que me levanto de mi cama y voy directo a la puerta, al abrirla me encuentro un Lorenzo en verdad afectado, tiene una expresión de miedo, si en definitiva es miedo. A parte de eso tiene el pelo muy desarreglado como si hubiese pasado sus manos con desesperación por su cabeza.

-Lia gracias a Dios temí que te hubieras ido. _Su reacción me deja estática. Me abraza fuertemente y su delicioso olor me embriaga, suena muy aliviado, eso solo causa que mí pobre corazoncito lata muy fuerte y que las estupidas mariposas de mí pobre estomago se revolucionen aún más.

Me separo a regañadientes porque es necesario por mí salud mental que ponga un poco de distancia entre nosotros.

-Habla _Es lo único que logro decir, la emoción que me ha provocado su acercamiento me tiene totalmente seca la boca.

-Ven vamos a la sala, te lo contare todo.

Lo sigo y nos acomodamos en su sala de estar, me hago en el sillon que quede más apartado, porque distancia es lo que necesito. Lorenzo no es tonto y se da cuenta de mi intención, creo que va a decir algo, pero solo niega con la cabeza y cierra su boca de golpe.

Me quedo expectante, no se que pueda cambiar en mí con la explicación de Lorenzo. Él se ve nervioso, se levanta de su asiento y se dirige a su pequeña barra de licores donde se sirve un gran vaso de whisky, esa acción incrementa mis nervios en un mil porciento, ya que eso me indica que lo que tiene que decir es grande.
Da un gran trago de su bebida y vuelve a su silla.

-Mala es mi hermana.

Dice de golpe y yo tan solo me siento morir, porque eso me dice que Lorenzo es un puto pervertido. Eso pasa cuando pones a las personas en un pedestal, luego cuando te das cuenta que estan lejos de ser eso que soñabas. Te das de frente con la realidad y eso duele mucho.

-Ella es hijastra de mi padre, te explico. Katia no es mi verdadera madre, ella es la madre de Mala.
Katia se caso con mi papá cuando yo tenía 18 años y Mala 17. Nunca nos llevamos como hermanos, desde el principio nos sentimos atraídos, tonteamos un tiempo pero después formalizamos nuestra relación.

Estoy con la boca muy pero muy abierta de la impresión, tanto que babeo y me toca limpiar mi barbilla rápido antes de quedar en verguenza con Lorenzo. Él esta mirando fijamente el vaso en él que toma su licor, yo por mi parte solo quiero pegarle con un zapato en su hermoso rostro. Acaso no podía empezar diciendo que no eran hermanos de sangre, por poco me da un infarto, ya hasta había empacado todas mis maletas mentalmente y me había mudado debajo de cualquier puente de la ciudad. 


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