Cap 18 Una situación muy incomoda

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No duermo bien, últimamente se me ha vuelto constumbre no poder dormir apropiadamente. Todo esto se debe a las constantes preocupaciones que han llegado a mí vida desde que conocí a Lorenzo y ojala fuera solo por el trato. No, no solo es por eso, también tiene que ver el hecho de que ayer estuvimos a punto de besarnos.

Me levanto muy temprano, igual no vale la pena esconderme, yo no he hecho nada. Es más puedo permanecer con mi frente muy en alto porque a pesar de querer probar esos deliciosos labios me aguante y lo deje bien juiciosito en su habitación durmiendo la peda.

Salgo a la sala y encuentro que todo esta ordenado, los vasos y la botella han sido recogidos lo que quiere decir que ya Lorenzo anda por ahí. Este chico si que es responsable yo pense que no iba a poder levantarse a causa de la resaca.

Ingreso a la cocina, abro la heladera y saco el cartón de jugo de naranja. Sirvo un vaso y cuando estoy a punto de dar un sorbo siento que alguien rosa mi cintura y suelto el vaso de la impresión. Es el estupido de Lorenzo que me ha pegado un susto de muerte a causa de esto se ha destrozado el vaso contra el suelo, hay cristal y jugo por todo el lugar.

-¿No podías solo entrar como las personas normales?. _Pregunto furiosa y aún asustada.

-Y según tú ¿como entran las personas normales? _Pregunta Lorenzo con fingido interes, mientras empieza a recoger el desmadre. Yo no pienso ayudarlo, finalmente él tuvo la culpa.

-Pues así, haciendo ruido para que los demás no suframos un infarto.

Empiezo a hacer ruido de pasos con mis pantuflas de conejito para demostrarle mi punto, pero como hay jugo de naranja en el suelo estas se deslizan ocasionando que mi culo rebote contra el mármol.

Lorenzo trata de agarrarme pero no reacciona lo suficientemente rápido, ya es tarde me he dado un buen golpe en el trasero. Me quedo viéndolo desde suelo esperando que estalle en carcajadas, pero algo debe ver en mí rostro porque solo me ayuda a ponerme en pie. Lágrimas de dolor empiezan a deslizarse por mis mejillas. Me duele mucho ese suelo es muy duro.

-Hey Lia no llores, dime que hago.

-Me duele mucho. 

Lorenzo dirije sus manos a mi trasero y empieza a frotar con intension de quietarme el dolor. Sin embargo, yo me tenso, Lorenzo me esta tocando el trasero y veo en su expresion que no es consciente de lo que hace. Él tan solo actúa por inercia.

-Lorenzo.

-si?

-Me estas tocando el trasero.

-¿Qué? _Pregunta y se pone tenso de inmediato, luego para el frotamiento. Me mira a los ojos fijamente, ambos nos quedamos así en silencio y mirándonos. No se que diablos hacer, su mirada es muy intensa. Nunca en mi vida he perdido un reto de miradas, aunque nunca he tenido que sostenerle la mirada a alguien que me guste tanto como él.

Se esta acercando peligrosamente, paro de llorar porque por arte de magia ya no me duele el trasero. Ya ni siquiera siento mis piernas, es más puedo jurar que he perdido todas mis habilidades motoras y de lenguaje.

-Me acuerdo. -Dice entre susurros, pero yo no tengo ni puta idea de que habla. Solo puedo estar pendiente de esos deliciosos labios.

-Me acuerdo de que casí te bese. _Continua, yo siento que me puedo morir ahí mismo.

-¿Te acuerdas? _Pregunto lo obvio, pero no me culpen. Ahora mismo no soy un ser pensante.

-Sí. Y voy a hacerlo ahora, después lidiamos con las consecuencias ¿si?

Pide mi consentimiento, él ha pedido mi permiso para besarme, santa mierdita voy a morirme. Él chico que me gusta me quiere besar y yo en definitiva quiero que lo haga. Entonces porque sigo así congelada sin responder. Asiento con mi cabeza es lo único que puedo hacer,  él empieza a cercarse, falta poco para que pase por fín lo que tanto he deseado. Cierro mis ojos y espero el contacto, pasa segundo tras segundo pero no llega.

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