Cap 31

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No quería ir a su clase, literalmente esta era su forma de vengarse, su misión en la vida ahora era ponerme en ridículo. Siempre me hacía las preguntas más difíciles para que no pudiese responder de forma adecuada y así quedar como una idiota delante de todos mis compañeros. Sin embargo, lo más patético era que yo permitía golpe tras golpe, de todos modos sabía perfectamente la razón por la cual no hacía.

Esa mañana llegué muy temprano a clase, es más me leí como diez mil veces el texto que pidió que prepararamos, le estaba dedicando mucho tiempo a esa clase y aunque sabía que no era propia de la carrera de leyes ya no quería seguir quedando como toda una descerebrada delante de todo el mundo.

Ingreso al salón luciendo impecable y atractivo como siempre, obviamente me ignoraba como si fuese menos que una mota de polvo sobre su mesa, yo por mi parte trataba de concentrarme en cualquier cosa para que él no se diera cuenta de las miraditas que le lanzaba de vez en cuando.

-Bien clase, espero se hayan leído los textos. _Dijo cuando ya todo el salón estuvo lleno. - Lo que vamos a hacer es muy interesante, requiero que se hagan en parejas para resolver el taller teórico práctico que les asignaré.

Como no, todo el mundo escogió su pareja y adivinen quien quedó sola, sólita, sola. Si, evidentemente yo, pues nadie iba a querer hacerse con la chica que el profesor odiaba.
Una a una las parejas se fueron acercando a recibir su taller, a medida que lo iban haciendo Lorenzo les iba entregando la hoja con las instrucciones y los enviaba fuera a resolverlo. Cuando me di cuenta ya todo el mundo se había ido y solo quedamos él y yo. Así que tragando duro y reuniendo un valor que no tenia, me acerque a recibir mi hoja.

Cuando estuve a tan solo unos pasos de su escritorio, me aclare la garganta para llamar su atención.

-¿Si?  _Dijo sin siquiera mirarme.

-He venido por mi taller.

-¿Y su pareja?

-No tengo.

-¿Por qué? _preguntó sin dirigirme la mirada.

-No creo que alguien quiera hacerse con la más odiaba del lugar y arriesgarse a sacar mala nota.
_Respondí con más dureza de la que pretendía, obligándolo a levantar la vista y posar su mirada en mi.
Decir que mi corazón latió con fuerza seria poco para lo que sentí, tenerlo cerca y percibir su olor, ver cada detalle de su atractivo rostro y por último fijarme en sus labios por poco genera un desmayo por baja presión arterial.

-Tome su hoja. _Dijo extendiendo un papel. Lo agarre de su mano, pero antes de darme la vuelta y salir, no se que cosa me poseyó y hable.

-¿Siempre va a ser así?

-De qué habla. _Respondió enojado.

-Habló de que se que metí la pata pero todo se resolvió bien y pues no tienes que odiarme para siempre, ni desquitarte de esta forma, mira perdoname si, no te pido que vuelvas a ser mi amigo ni nada de eso pero por favor no me trates más así. _Reprimi un sollozo y me callé, ya que, estaba a punto de llorar.

Se quedó tan callado solo mirándome con esa rabia contenida, luego me fijé en su mesa y en como apretaba la medera, sus nudillos estaban blancos a causa del fuerte agarre.

-Sabes que, me estoy preguntando ahora mismo lo siguiente, si eres muy ingenua o estúpida para pensar si quiera que las cosas se resolvieron bien.

Su insulto me cayó en la cara como un vaso de agua congelada, definitivamente Lorenzo me odiaba, entendía que la forma en que mis padres y sus padres se enteraron no fue la mejor, pero en serio era para que me tratara de esta forma.
Cuando estaba a punto de replicarle la puerta de el salón se abrió y uno de mis compañeros, él cual siempre llegaba tarde ingreso y se acercó a Lorenzo.

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