Always ➽ Matthew Daddario

Capítulo 2

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Después de una larga caminata por las hermosas calles de Londres, opto por volver a casa. 

En el momento en el que abrí la puerta una vez que llegue a mi departamento, veo que algo estaba en el suelo, curiosa lo tomo y levanto, me adentro al lugar mientras cierro la puerta detrás de mi. Me encamino a la sala, sin prestar atención, tomo asiento en el sillón más cerca para leer el contenido de la carta. 

Leo el remitente, sorprendida me apresuro a abrir el sobre, con cuidado saco la hoja dentro de esta para poder leer lo que esta escrito. 

Alegre me levanto de mi lugar para llevar una de mis manos a mi boca. Aceptaron mi intercambio laboral de Londres a Nueva York. 

Después de varias situaciones en mi vida, decidí por cambiar de aires, con la intención de volver a empezar, y cambiar la monotonía de mi vida. 

Con rapidez me dirijo a mi habitación para sacar de bajo de la cama mi maleta. El viaje es mañana temprano, por lo que tengo que preparar el equipaje y documentos necesarios. 

Llame a mi familia para informarles acerca de la noticia, ellos se sorprendieron al principio pero eso no evito que se alegraran por mi. Luego de hablar con ellos y de tener todo guardado, decido acostarme para descansar y disfrutar de una buena lectura, aunque tiempo después, poco a poco el sueño se apodero de mí y caí completamente dormida. 

Al día siguiente.

El sonido fuerte de la puerta siendo tocada hace que me levante rápidamente y correr hacia ella, abro el pedazo de madera frente a mi después de haber visto por el mirador quienes tocaban. 

– No pensé que iban a venir, no dijeron nada anoche – tallo mis ojos con mi mano, las personas frente a mi caminan hacia la sala y se sientan en los sillones. 

– No íbamos a permitir que nuestra hija se fuera sin nuestra despedida – rio por la respuesta de mi mamá. 

– Ay mamá – ella se levanta para ir hacia a mi y poder abrazarme, con fuerza se lo correspondo. 

– Además, ¿quién te va a llevar al aeropuerto?, no puedes irte sola así nada más y dejar tu auto en ese lugar – ambas nos separamos al escuchar a mi padre. 

– Esa fue su excusa para venir a verte, hermana – Moon confirma lo antes mencionado por Carol. 

– ¿Y ustedes por qué vinieron? –

– Nos obligaron – suelta la Parker más chica con simpleza, mereciendo un golpe en la nuca por parte de Moon. 

– Mentirosa, – mi hermana del medio deja de mirar a Carol para verme a mi. – venimos para despedirnos, después de todo, te iras y no sabemos cuando podremos verte. 

– ¿Me extrañaran? – me acerco hacia mis hermanas quienes se levantan de su lugar. 

– Si, te vamos a extrañar – veo los rostros de las dos y mi corazón se hace chiquito, sin desperdiciar tiempo las abrazo. 

– Yo también las voy a extrañar – les susurro al oído, provocando que mis hermanas se aferren a mi. 

– Cariño, te tienes que preparar ya, tu vuelo es en unas horas – nos separamos al escuchar la voz de nuestro padre. 

– Yo preparo el almuerzo, ve a arreglarte – asiento, camino hacia mi habitación para vestirme y acomodar todo. 

La mañana se fue muy rápida, entre almorzar, hablar y recoger, mi momento de partida llego. Justo ahora, todos nos encontramos en el aeropuerto esperando a que mencionen mi vuelo. Observo con detenimiento a mi familia, mis hermanas hablando animadamente mientras que mis padres se encuentran abrazados, sonrío al verlos. 

Pasajeros del vuelo A3 ya pueden empezar a bordar.

Los cinco nos miramos entre si, primero fueron mis hermanas las que se levantaron de su asiento y caminar hacia mi. 

– Cuídense entre ustedes, no olviden que no importa en donde este, siempre me tendrán, ¿entienden? – las castañas asienten. Y no olviden, si irán a mi departamento, no hagan un desastre, por favor – divertidas sueltan una ligera sonrisa. 

– Te amamos –

– Y yo a ustedes monstruos – beso la frente de cada una antes de caminar como despedida. 

– Cuídate mucho cariño – dice mi papá una vez que me pose enfrente de ellos. 

– Sabemos que esto te ayudara mucho ha estar mejor – esta vez habla mi mamá quien posa su mano en mi mejilla. 

– Por favor, nunca olvides que estamos muy orgullosos de ti – dicen los dos al mismo tiempo, como puedo muevo mi cabeza en afirmación mientras me permito llorar y ser abrazada por ellos. 

– Los amo –

– Y nosotros a ti, amor – separo mi cuerpo del de ellos, beso la mejilla de cada uno y tomo mis valijas. 

Por ultima vez volteo mi rostro para verlos, cada uno con una sonrisa en su rostro mientras se despiden, hago lo mismo. Y sin más emprendo mi camino hacia donde me corresponde. 

En el momento en el que me adentre al avión y busque mi asiento,  me di cuenta que este se encuentra aun lado de la ventana. Suspiro, me acomodo en el asiento, para así voltear hacia la ventana. Nunca creí apreciar esta vista antes de irme, un hermoso atardecer en Londres sin neblina, ni lluvia, en donde el sol, el cual se estaba poniendo, tenía una tonalidad de colores hermosos. Mis ojos brillan ante tal obra de arte. 

Y es en ese preciso instante donde comprando que ya era tiempo de despedirme de Londres y de saludar a Nueva York.

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