Vecino...La Revancha

¡Corre!

- ¿ Te asusté?- digo

Ella sonrie de manera malevola, de una forma fea, que inclusive da miedo.

- Por favor querida, claro que das miedo, mira ese rostro, es horrendo- Desvío la mirada - No es fácil sorprenderme y lo sabes, sin embargo te felicito por el intento

- Gracias- doy una calada a mi cigarro

- ¿Ahora fumas?

- En ocasiones lo hago, ¿ Olvidas que tu me enseñaste?

- Oh, te he enseñado tanto que esa pequeñez es irrelevante ahora

- ¿ En verdad?

- Si, Regina es absurdo

- ¿ Quieres uno?- le ofrezco

- Claro...digamos que será... Om no sé.... como la pipa de la paz...- sonríe

- Claro, lo que tu digas

- Tenemos al menos 5 minutos para hablar, después de eso vendrá Axel y creo que sabes lo demás

Asiento, la verdad es que no sé a que se refiere, tampoco me importa, pero me parece que sus palabras tienen algo planeado detrás.

- Si, lo sé

- Habla entonces

- ¿ Disfrutas de mi vida?

- Mmm, no lo sé, podría ser que si, eres una chica ejemplar y muy inteligente, no creí que te quedarías en una universidad

- Era un sueño - me limito a responder

- ¿ Qué sueñas ahora? Dime ¿ Sueñas con ser la esposa de Kurtis y a la vez ser la amante de Scott? - se rie ante mi mirada de asombro - ¿ Crees que eres la única que tiene contacto con Kurtis?

Me quedo en silencio. Me encuentro bastante sorprendida, no sé que responderle, no esperaba tal osadía.

- Parece que estás sorprendida, ahora resulta que " El estafador resultó estafado" ¿ Crees que Kurtis es sincero? ¿ En verdad crees que tiene una gran bondad? ¡ Por favor Regina! Date cuenta que el no es el bueno de la historia, el solo es un títere más en esta función

- No entiendo nada

- ¿ Ahora no entiendes nada? - suelta una risa sarcastica, me retumba en los oidos de forma fuerte- El vino buscante, me ha llamado varias veces, debo admitir que te demoraste mucho en venir, te he estado esperando desde hace una semana, ten cuidado por que cuando Kurtis tiende a beber es muy lengua suelta

- ¿ Lo has visto?

-¿ Que si lo he visto? Por amor de Dios Regina, me lo he follado de distintas maneras en estos días

- ¿ Y a Scott?

Se ensancha aun mas su sonrísa

- ¿ En verdad quieres saberlo?

Me quedo callada, el cigarro en mi mano se consume, me siento traicionada de alguna manera por Kurtis, y por alguna extraña  razón me duele.
De la nada apago el cigarro en mi mano, no importa si me he quemado, no importa.

- ¿ Te ha comido la lengua el gato? - se mofa de mi

- No, es solo que....te odio tanto

- ¿ Creíste que podrías sorprenderme? Soy mayor que tu por 11 minutos

- Por 12 minutos

- Los que sean, igual soy mas astuta que tu, manejo las cosas a mi favor, creí que eso ya lo sabías

- Creo que si,solo creí qur tal vez podría....- callo, al instante viene otra cosa a mi mente- sin embargo te tengo un odio que es capaz de hacer cualquier cosa

- No creo que  sea mas grande que el que yo te tengo

-Lo dudo - Respondo

Ella sonríe de nuevo, al parecer Renata puede sonreír, al parecer tiene un buen sentido del humor, un tanto macabro pero lo tiene. 

- ¿ Crees que si no te odiara tanto como lo hago tendrías una vida así de miserable? Desde que somos niñas recuerdo que te he hecho la vida cada vez más miserable, un poco más cada vez. ¿ Por que crees que estamos en está pocisión? No eres mas que mi títere

- Eso no es verdad

- Mira...me alegra que aun tengas esperanza, lastima que no sea tan efectiva, después de todo mirate y mirame a mi, mira en donde estás tu y en donde estoy yo, observa bien quien tiene la vida de quien.
El está conmigo, puedo tener a quien yo quiera para mi, sea a Scott, sea a Kurtis, o a quien es tu novio, Axel es bastante lindo, me empalaga su romace pero el solo hecho de saber que eso te duele me sirve de mucho, me hace sentir gran satisfacción

Revisa el celular, sonríe aun más, siento un leve escalofrío, algo anda mal.

- No me odias- afirmo

- Si no es odio...¿ Entonces según tu que es?

- Envidia- respondo

- ¿ Envidiarte yo....a ti? - rie de forma sarcastica- por favor Regina mirame..mira quien soy, ve quien es quien

Me encojo de hombros.

- Amor he llegado- se escucha la voz de Axel

Miro a Renata, se encoje de hombros.

- Parace que ya es hora- responde

- ¿ Hora de que?

Levanta las cejas. De la nada la puerta se abre,miro hacia todos lados, me encuentro con mi balcón, corro hacia este, pero Renata impide que llegue, forcejeamos por un momento.

- Ayudame- grita cuando ve a Axel

Lo veo, ha cambiado un poco, solo que ahora no puedo quedarme a admirarlo, Axel parece sorprendido de verme, empujo a Renata, cae directo al suelo, corro al balcón, lo abro salgo y cierro, no sé que hacer, estoy atrapada
... reviso hacia todos lados, mi única esperanza es el balcón de enfrente. Trago duro al ver la distancia es metro y medio calculado al tanteo, esto de me hace eterno.

- Atrapala- grita Renata

- ¿ Cómo entró?- gtita Axel

Sin pensarlo mas, me subo al barandal, me tambaleo un poco, pero logro estabilizar el equilibrio, miro hacia atrás y hacia el balcón, Axel viene hacia mi, va a abrir...

- Vamos Regina, no por nada fuiste a ese estúpido campamento- mido la distancia - Ganar o morir

Entonces salto, siento como si pasara una eternidad, oigo a Renata gritar a Axel lo oigo maldecir, entonces mis manos a penas logran sujetarse del barandal, suelto el aire que estaba conteniendo.

- Mierda- digo

Me subo al balcón, al dar el brinco me tuerzo el pie, me duele Axel va a imitar mi acción, abro su balcón, el olor de el me invade, me siento bien.

- Te tengo- los brazos de Axel me sujetan

- Suéltame - me trato de librar de su agarre pero no puedo, me lleva hasta una pared.

- De aquí no te vas- dice

Me mira, sus ojos se cruzan con los míos, no me quiero ir a la cárcel.

- Axel....- mi voz suena cansada, a punto de quebrarse- Por favor, déjame ir

- No Renata, no te puedes ir, al único lugar al que irás es a prisión 

- Por favor- le ruego - Por favor, no quiero ir a la carcel

Mis ojos son de suplica, no quiero morir en la carcel, estoy asustada. El gesto de Axel se suaviza.

- Por favor Axel- digo sin esperanza

La puerta de pronto interrumpe todo, tocan de manera desesperada, frenetica.

- ¡ Corre!