¿ Te asusté?

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Llevo al menos dos días lejos de esa casa, han sido dos días de paz interior, de estar más en tranquilidad conmigo misma, el cuerpo aun me duele, pero creo que lo que más me duele es el orgullo, nunca creí que yo llegaría a pasar algo así, definitivamente no encuentro palabras para decir como es que me siento, sé que si bien no estoy tan cerca de el, tampoco estoy tan lejos.
También debo admitir que extraño mi vida interior.

Algo de lo que dijo Kurtis es verdad y eso es que estoy muerta, por lo tanto no tengo a donde ir, así mismo no tengo manera de trabajar puesto que no tengo papeles, de alguna u otra manera debo conseguir más dinero del que tengo, también debo conseguir un lugar más estable.

Mirella fue buena al ayudarme, pero igual temo por su vida, no quiero que Kurtis le haga daño, tal vez deba volver antes de lo planeado, tal vez Kurtis si es mi única salida a este problema, lo que no sé es que va a suceder después de que acepte ser su esposa, puede que comience a llevar una vida mas estable o puede que haya mas caos en mi vida, no lo sé.
A estas alturas del partido todo es incierto, nada seguro.

Miro hacia todas las direcciones, este parque es bastante lindo, los arboles son grandes y el sol hace que las sombras de estos sean más bellos aun, hay brisa en este lugar, hacía mucho que no sentía esta bella libertad.

Muevo la cabeza de un lado a otro, mis pensamientos se llenan de cosas negativas, toda la gente que pasa a mi alrededor me mira de manera extraña, y como no, mi vestimenta no es tan discreta, parece que traer unos lentes obscuros y una gorra no fue la mejor idea, sin embargo me da menos verguenza salir así.

Me levanto de la banca y voy en  dirección al que una vez fue mi edificio, de camino choco con algunas personas, sin embargo llevan prisa.
Cuando llego a fuera del lugar Michael barre la entrada, voltea a verme, volteo la cara, no quiero que me vea, o mejor dicho que me reconozca.

- Buenas tardes- saluda Michael

- Buenas tardes Michael- contesto

- Señorita Regina que gusto verla, pensé que tardaría mas en llegar

- Pues ya estoy aquí, compermiso- digo de manera grosera

Sigo hacia dentro del edificio, paso el largo pasillo hacia las escaleras, hoy me apetece caminar, es mas como una forma de meditar en lo que haré en un instante más.

Llego hasta la puerta del que algun día fue mi apartamento, busco de bajo del tapete que dice
Bienvenido” pronto consigo tener la llave entre mis dedos, con toda la paciencia del mundo abro la puerta, veo el lugar...en este tiempo han cambiado varias cosas, sin embargo me invade cierta nostalgia, extraño mi casa, en verdad extraño ser alguien.

Unas ligeras lágrimas escapan de mis ojos, evito llorar y me seco enseguida las lágrimas con la manga de mi sueter.
Entonces entro a la casa, el lugar se siente frío y bastante abandonado, cierro la puerta tras de mi, guardo las llaves en la bolsa mi pantalón, comienzo a caminar directo a la que era mi habitación.

Al llegar a la puerta me siento extraña, abro con cuidado, entonces me quedo bastante asombrada ante lo que mis ojos ven, la habitación ahora es toda de ella, mis cosas....de mis cosas no queda nada, me siento mal, siento que....siento que solo esperaban que muriera para poder apropiarse de mi lugar....

Tomo un poco de aire para entrar de lleno, necesito más valor, necesito ser más valiente, entro a la habitación.... El ambiente cambia de forma absoluta, de una manera fuerte, me siento bastante pequeña en ese lugar, puede que me sienta asustada...

De pronto caigo en cuenta que estoy perdiendo el tiempo, cierro la puerta tras de mi, caigo de rodillas, me llevo las manos a la cara y....no, no puedo evitarlo....me tiro a llorar....me duele vivir....me duele estar muerta en vida.

Mis lágrimas caen una a una, no soy consciente de nada, estoy destruida.... Renata por fin me ha destruído....no quiero estar así.
Seco mis lágrimas con la manga del sueter, rebusco en la bolsa del sueter, encuentro una cajetilla de cigarros, necesito solo uno, busco el encendedor, enciendo mi cigarro, me levanto y camino hacia el sofá del fondo.

Espero un poco, solo un poco hasta que llega alguien, se escucha su caminar, de pronto solo se queda en silencio, entonces de la nada se abre la puerta, le doy una calada al cigarro....y en la obscuridad solo puedo decir: - ¿ Te asusté?

Vecino...La RevanchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora