Capítulo 1
— ¿Emocionado? –preguntó mi madre.
— Emocionado... eso no es algo que yo diría. Mamá, ¿Por qué? –mi mamá suspiro y me miro molesta.
— Ya hemos hablado de esto. Tu padre tiene un nuevo trabajo y debemos de apoyarlo. Además... ¿Qué tiene de malo Boston? –giré los ojos y volví a ponerle play a la música de mi teléfono.
¿Qué tiene de malo Boston?, realmente nada, pero había dejado todo por algo nuevo.
Mi vida en Manhattan era simplemente perfecta, estudiante promedio, novia perfecta, amigos... chistosos, todo era genial. No sé lo que me espera en Boston, todos me han dicho que es bueno, pero no tan bueno como Manhattan.
Hace un mes llego una oferta de trabajo para mi papá bastante buena, tan buena que dijo que con ese empleo podría pagarme la universidad sin tener que pedir un apoyo de banco, lo cual es genial, pero tuve que abandonar todo lo que conozco.
— ¿Cuándo llega la mudanza? –pregunte.
— Primero deja que lleguemos a la casa... pero en unos dos días lo más seguro –mi mamá le hizo una señal a un taxista y este se detuvo de inmediato.
Una vez las maletas adentro, el taxi empezó su camino, como era de noche, me quede pegado a la ventana en todo momento. Los grandes edificios me recodaban a mi antigua ciudad, todas las calles tenían las luces prendidas, pasamos cerca de la famosa calle de las universidades, las cuales me hicieron suspirar, en poco tiempo, yo tendría que buscar una universidad.
Mire a mi madre quien estaba completamente entretenida en su teléfono, esa mujer no podía vivir ni un minuto sin él. Digamos que mis padres no son educados a la antigua, tienen 40, lo cual deja en conclusión que me tuvieron a sus veinte... si, son jóvenes. Mi madre noto que la observaba, así que solo me sonrió y volvió a su teléfono.
— Tu colegio está cerca de la playa –le miré y sonreí.
— Bien... eso creo –respondí y ella negó con la cabeza.
— ¡Vamos pequeño!, se te tu vida en Manhattan era "perfecta" –alzo dos dedos y simulo las comillas. –Pero esta será una gran experiencia y tal vez puedas mejorar esa vida perfecta.
— Espero –volví a mirar la ventana.
Al ver que el taxi se iba deteniendo, me emocione un poco, una nueva casa, tal vez esta tenga un gran jardín y posiblemente por fin me compren un perro.
— Bueno... bienvenido a casa cariño –dijo mi madre y se bajó del taxi.
Al bajar el aire fresco pego en mi cara y sin dudar respire hondo, el pasto húmedo dejaba un aroma grandioso, lo que en Nueva York es difícil de encontrar. Mire la casa y vaya que, si tenía jardín, tiene una cerca blanca, típica de cualquier casa americana, las ventanas son muy grandes, lo que dejara entrar perfectamente la luz.
En eso la puerta principal se abrió y mi papá salió con una gran sonrisa en el rostro, rápidamente abrió la cerca y se acercó a mí.
— Mi muchacho –me dio un abrazo rápido. –Qué bueno que llegaron.
— Hola papá –sonreí y el me tomo por los hombros.
— Ven vamos, ayúdame con las maletas –mi mamá se acercó a papá y estos se dieron un beso, yo me voltee porque es realmente incomodo verlos besándose.
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La chica de las rosas
Teen FictionBuscabas un cliché, bueno llegaste al libro correcto. Una rosa apareció y todo el mundo se puso de cabeza. ¿Era una chica?, ¿Quien es? ¿Por que yo?, la cabeza de Ezra Goldman se mataba todos los días para poder responder esas sencillas preguntas. T...