Capítulo 7: Freizeitstress

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Recomendación musical: bellyache – Billie Eilish



Freizeitstress es una palabra alemana sin traducción literal que hace referencia al estrés que produce tener tiempo libre y todas las actividades dedicadas a ocupar ese tiempo.



Los exámenes finales habían terminado. Sus amigos tenían relaciones estables, incluido el estúpido Junmyeon. ¿Cómo podía haber encontrado una guapa californiana en un viaje de intercambio? Se portaba como un imbécil con las mujeres y casi siempre dejaba de hablarlas, incluso las bloqueaba, cuando ya se había acostado con ellas.

Pues resulta que hasta a ese idiota Cupido le había sonreído con una rubia con las ideas claras y unos buenos bíceps por si se le ocurría volver a ser un infiel.

Así que allí estaba Baekhyun, con demasiado tiempo libre para su gusto. Intentó apuntarse al gimnasio, quizás a la piscina municipal, pero estaba demasiado lejos como para obligarse a sí mismo a ir. Ni se había planteado salir a correr por las mañanas. También le gustaba el yoga pero no lo suficiente para levantarse todos los días a las siete.

No quería poner excusas para lo que pasó ese viernes, pero todo eso era un factor importante para entender donde había acabado.

Otro factor importante era que Jongin había dejado de responderle a los mensajes, no para siempre, pero el dulce de leche siempre decidía que después de un día, como mucho dos de hablar y mandarse algunos guiños coquetos era mejor dejarle en visto.

El domingo por la noche, al llegar a casa, casi había estado seguro de que su historia de amor acababa de empezar, pero Jongin parecía reticente, quizá quería seguir manteniendo todo en secreto, eso le había dicho, pero la verdad era que cuando hablaban por mensajes, o incluso en alguna llamadas a altas horas de la noche, era tan dulce que a Baekhyun dejó de importante, ni siquiera se planteó preguntarle por qué tanta confidencialidad.

Esas eran las excusas que se ponía de camino al bar en el que había quedado con Chanyeol.

Realmente las excusas valían de poco, él simplemente había estado aburrido un jueves en el que Jongin no le cogía el teléfono y recordó que nunca había llegado a contestarle a aquel mensaje después de la fiesta.


"Hola mocoso, soy Chanyeol." 



Tenía que echarle agallas.


"Hola Chanyeol, soy mocoso."





Se arrepintió de haberlo enviado cuando vio como Chanyeol se conectó al chat, leyó el mensaje y decidió no contestar. El ego de Baekhyun viajó directo al hades.

Realmente no podía enfadarse con él, había pasado casi una semana, cinco días para ser concretos, y era imposible poner una excusa estúpida sobre cómo no se acordó de responder por tener resaca, por tener demasiados proyectos en la universidad o alguna otra estupidez poco creíble. Chanyeol no era tonto, y Baekhyun sabía que al alto no le gustaban un pelo los jueguecitos.

Todo parecía perdido hasta que a eso de las diez de esa misma noche un milagro sucedió.


"¿Has reunido el coraje para hablarme o es que estabas muy aburrido?"

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