Capítulo 5: Zwischenraum

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Recomendación musical: All the Little things (album) - Passenger



Zwischenraum es una palabra alemana sin traducción que indica el espacio que existe entre las cosas.


Baekhyun se había vestido con una sudadera roja y unos vaqueros negros. Pensó que el modelito oficial de las primeras citas no podía ser demasiado formal, es mejor algo simple, como si fueras a quedar con unos amigos. Si la cosa salía mal, podría hacer como si no le hubiera dado importancia al asunto y si salía bien, Sehun vería un lado casual y más tierno, más simple, menos falso.

La verdad es que no había querido destacar porque no tenía muchas esperanzas en Sehun. No quería ser de los que se basan en primeras impresiones pero Baekhyun no se veía con un gallito de corral que se intentaba hacer el bueno para ligar. Había decidido ir a por el batido de los domingos y si podía tener compañía mejor, así no se vería como un solterón que busca amor en los dulces aunque eso fuera una descripción bastante exacta.

Sehun ya estaba sentado en una mesa al fondo del lugar cuando Baekhyun llegó. El capullo se había teñido de moreno, la cosa no empezaba nada bien.

Le encantó su pelo rubio la primera vez que lo vio, era como un león. Era sexy y parecía un puñetero Ken. Pero ahora, ahora era algo diferente. Su piel blanca, su pelo oscuro, el jersey de cuello alto y esas cadenas de plata. Aquella imagen no era sana para nadie, deberían haberle multado de camino al local, ese hombre era un acto de terrorismo emocional.

Cuando llegó a la mesa y Sehun le echó una mirada se arrepintió de haber ido casual, tenía que haberse maquillado, tenía que haber hecho algo con su estúpido pelo.

"Tenía ganas de ver esa carita de ángel."

No iba a salivar por un gilipollas, eso es lo que intentó repetirse a sí mismo. Pero Sehun decidió hablar con la voz más grave, desde el fondo de su garganta.

"¿Ya has pedido?" Intentó desviar la conversación, no quería dejarse llevar por su labia o los instintos de su parte animal de ninguna forma.

"Estaba esperándote." Sehun le pasó la carta aunque él ya sabía que iba a pedir, su batido especial de chocolate blanco y frutos rojos. Luego no iba a quejarse del exceso de grasa que se abultaba en su cadera si iba a allí a por lo mismo todos los domingos. Deberían haberle puesto su nombre a ese batido si el encargado del local no fuera un cincuentón amargado que parecía la reencarnación de un esclavista romano.

"Yo pediré lo de siempre, no te preocupes."

"¿Vienes a menudo?"

"Los domingos."

"¿Siempre con una cita diferente?"

Eso no le incumbía en lo más mínimo, no entendía si era un tanteo para ver si podría llevarle a la cama rápido o una especie de reproche velado. No quería sonar frívolo, tampoco quería que Sehun se sintiera especial o iban a tener que salir a la terraza para que su ego no hiciera estallar las ventanas del local.

"No. Es que los batidos merecen todo mi tiempo."

"¿Y yo no?"

Ese muchacho tenía un montón de problemas afectivos. No sabía si era el hermano mediano o un hijo único demasiado mimado, pero necesitaba validación ajena constantemente.

"Bueno eso ya lo veremos."

Sehun pidió por ambos, el batido de Baekhyun y uno de caramelo y plátano para él mismo. Al menos tenía buen gusto, no era tan mal partido.

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