Capítulo 3: Blitzkrieg

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Blitzkrieg es una expresión alemana sin significado literal que se refiere a una incursión militar muy violenta y rápida, literalmente "guerra relámpago".

Después del traumático episodio con el sujeto número 2 a Baekhyun no le quedó otra que volver a la fiesta con ganas de olvidarse del susodicho. Le podía ver en la esquina del salón a unos metros del sujeto número 1, si recordaba bien, Sehun. Parecía que se había puesto allí sólo para incomodarle.

Sabía que no quería volver a hablar a ninguno de los dos al menos por esa noche y también sabía que quería divertirse. Pero nada más y la noche aún seguía siendo joven.

Como todo ser racional y a la vez estudiante universitario, no se le ocurrió una mejor idea que coger otro vaso y volver a subirse a su querida mesa para bailar, la había echado de menos. El grupo que había sido proclamado sus compinches de fiestas estaban restregándose y coreando canciones. Al verles no pudo entender por qué se había separado de ellos ni por un segundo. Luhan, un muchacho adorable pero que podía beberse dos litros de cerveza haciendo el pino le gritó al oído.

"¿Tú fumas? Unos amigos tienen algo... Ya sabes. ¿Te apuntas?"

Porros. Baekhyun sabía que nadie te ofrecía tabaco como si hubiese un agente de policía a menos de dos metros. Él nunca había probado las drogas, había visto a los colgados de su instituto intentando hacerse los chulos por haberse fumado un porro entre veinte, le parecía patético. Por otro lado a él nunca le habían ofrecido, por lo que no se le pasó por la cabeza, pero ellos no parecían unos colgados ni nada por el estilo. Quizá una calada.

"Me apunto. Pero mis pulmones son totalmente vírgenes."

Se dirigieron todos juntos, unos seis, hacia la zona de las habitaciones. Luhan decía tener unos amigos que tenían unos amigos, que a su vez tenían unos amigos, bueno que nadie iba admitir nada pero todos pensaban colocarse. Entraron en la habitación del final del pasillo.

"Baekhyun estos son Jongin, Taemin y Kyungsoo. Chicos este es Baekhyun."

"Luhan si traes a más gente tocamos a menos."

"No seas borde Jongin, él se ha quedado sólo."

Baekhyun se sintió un poco molesto por esa insinuación, él no estaba solo, no era un niño perdido, es que sus amigos preferían echar un casquete. En realidad sí estaba solo pero no hacía falta que Luhan lo dijera así.

Cuando terminó de hacer pucheros mentales se fijó en aquel tal Jongin, casi pega un respingo. Era el chico más guapo que había visto en su vida. Se sentó a toda prisa en la cama con un hueco lo más cercano a él que pudo. Todos en la habitación le miraron, algunos conteniendo la risa, la mayoría con pena. Estaba borracho, la vergüenza no iba a frenarle.

Jongin estaba sentado pero se podía intuir que era unos buenos centímetros más altos que él, su camisa blanca parecía de seda y le quedaba como si los ángeles se la hubieran hecho a medida. Su mandíbula cuadrada estaba dejando a Baekhyun un hilo de pensamiento sobre las mil maneras diferentes de besarla y morderla. Podía verle de perfil, como sus labios sobresalían, acolchados. Jugosos, esa era la palabra. Se fijó también en como le caían algunos mechones de pelo sobre la frente, su tez ligeramente morena, de una forma natural, besada por el sol al nacer. No tenía manchas, no tenía arrugas, no tenía ni una imperfección. No quiso admitirlo pero estaba tan concentrado que podía haberle contado los lunares.

Baekhyun podía ver a todos prestando atención a como las manos de Jongin enrollaban el fino papel, cuando sacó la lengua y lo lamió para pegarlo la sala enmudeció, al menos para sus oídos, en su cabeza el tiempo se paró por un segundo.

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