CAPÍTULO 6- ¿Si amor?

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Entre por la puerta y ese olor se me hacía familiar, cada rincón, cada escalera. Seguía preguntándome cuando llegaríamos, estaba harta de subir escaleras. A quien se le había ocurrido subir por las escaleras cuando el edificio tenía un ascensor.

-Te preguntaras porque no hemos cogido el ascensor. -dijo la rubia sin parar de subir, como si habría leído mis pensamientos. - el doctor ha dicho que tienes que moverte.

-Va, no pasa na-le dije casi ahogándome en el intento.

-Nat, te conozco demasiado. -paro en seco y me miró.

-Que no pasa nada, rubia- me puse en una escalera, para estar a su altura, la miré y me sonrió.

Me miraba y la miraba, su mirada se fijó en mis labios, ella sonreía, pero en un momento cambió todo. Dejo de sonreír como si recuerdos llegaran a su mente, recuerdos no tan agradables.

- ¿Rubia, estas bien? -le pregunte, ya que me estaba preocupando.

-Sí, no es nada-dijo dando media vuelta y comenzando a subir otra vez.

Alba llevaba una maleta entre sus manos, y al fin la rubia se paró y sacó unas llaves de su bolsillo, abrió la puerta y me indico a que entrara, eso es lo que hice. Entre al piso, tenía las paredes blancas, parecía acogedor.

Me resultaba familiar, ¿Había estado aquí alguna vez?

- ¿Alba?

- ¿Si amor? -al darse cuenta de las palabras que pronunció lo último, lo cambio por un Nat.

- ¿Que es este lugar? -pregunte ignorando lo anterior, ya que la rubia estaba roja como un tomate.

-Tu casa. - respondió ella un poco más calmada.

- Mi casa, ¿Enserio?

-Sí, ¿qué te parece?

-Bastante grande, ¿vivo con alguien más? – pregunte y de repente dos personas aparecieron en la habitación en la que estábamos.

-Buu!!- dijeron las dos personas. Alba y yo nos sobresaltamos.

-Menudo susto! - Alba y las otras dos extrañas comenzaron a reír. Yo miraba atentamente el panorama, y Alba se dio cuenta que estaba un poco perdida.

-Natalia, estas son Marta y Marilia. Tus compañeras de piso. - escuche las palabras de la rubia. Que rabia me da el no conocer a nadie.

Las dos se me abalanzaron y me abrazaron. Yo correspondí el abrazo, ya que dentro de mi sabía que eran de confianza.

-Sentimos no a ver ido a visitarte, Alba nos dijo que no recordabas a nadie y simplemente no te queríamos agobiar. – dijo la chica que tenía acento canario. Creo que era Marilia, si era Marilia.

-Te hemos echado de menos- dijo ahora la otra chica, esto es Marta.

-Natalia tranquila- dijo Marilia- seguro que cuando pase un tiempo nos recordaras, no pasa nada. Ahora descansa.

-Ven conmigo morena, te enseño tu habitación. - me dijo Alba dándome la mano y llevándome hasta aquel lugar.

-Dirás, Amor- Alba paro en seco, ella y yo sabíamos que yo lo había escuchado, pero sinceramente no sé porque lo hizo, acaso... No, imposible.

Alba me miro y siguió hasta meterme en la habitación. Cerro la puerta. Yo no entendía nada, ella me miro, note tristeza en su mirada. Algo en mi interior me decía que tenía que abrazarla y eso hice. La abrace con fuerza, y ella lloro desconsoladamente.

-Puedes contar conmigo, Alba Reche-le dije y ella me miro y me sonrió con una sonrisa triste.

-No lo hagas más difícil.

- ¿Más difícil de qué?

-De que tenga que contenerme para no comerte la boca- dijo la rubia escondiéndose en mi pecho.

-Ahora entiendo todo, Alba- dije yo atando los clavos.

Alba no dijo nada, yo tampoco. Solo escuchaba en mi cabeza el ¿Si, amor?

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2019 ⏰

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