Capítulo 1

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Miércoles 20 de Febrero del 2019.

Hoy es mi primer día de trabajo, unas amigas me llamaron hace unos días para reemplazarlas en su empleo, les dieron vacaciones y se van a la costa, ¡Qué suertudas! yo no sé si me voy a ir este año, no tengo el dinero suficiente...En fin, espero que me vaya bien y los nervios no me jueguen en contra, cuando estoy nerviosa soy demasiado torpe. ¿Y si mi bandeja se cae? ¿Y si anoto mal los pedidos? Tengo tantos pensamientos en mi cabeza que me la quiero arrancar, estos nervios no me están ayudando para nada.

Ya eran las 17:30 pm, entraba a trabajar a las 18:30. Ya estaba vestida, maquillada, perfumada, y por supuesto que llevo mis nervios encima con mucho orgullo, o eso creo. Revisé mis cosas por última vez y sí, definitivamente los nervios me jugaron en contra, ¡Me olvidé de comprar una maldita libreta! Como dirían mis abuelos: "Que cabecita de novia eh", y de verdad que no se equivocan.
Agarré un poco de plata para comprar una, me puse mi mochila y salí.

Al llegar a la esquina de mi casa siento como vibra mi celular: era un mensaje de Luz, otra de las chicas que va a reemplazar a nuestras amigas en el bar.

-¡Ailu! ya salí, me vas a esperar, ¿no?- Dijo ella.
-¡Hola Luz! Obvio que sí, te veo allá. - Contesté.
-Ok. - Contestó Luz.

Eran las 18:20 cuando llegué, el tren tardó una eternidad.
Al llegar al punto de encuentro que tenía con Luz no pude evitar reír al verla sentada en un banco esperándome.

-¡Hey!, ¿Llegué muy tarde o vos saliste muy temprano?- Le dije sonriente.
-Me gustaría decir que vos llegaste tarde y hacerte sentir mal, pero acertaste, salí muy temprano. ¡Estoy acá desde las 17:40!- Dijo muy indignada.
-Eso te pasa por emocionarte más de la cuenta. - Le dije riéndome.

Se levantó del banco y nos dirigimos juntas al bar, mientras charlábamos sobre cómo nos estaba yendo en nuestras vacaciones y qué cosas íbamos a comprar con el dinero obtenido en este trabajo.
Entrábamos en 10 minutos y estábamos muy nerviosas.

Son las 5:30 am. Llegué hace unos 10 minutos a mi casa luego de una larga noche, ¡y que noche! lo único bueno es que me pagaron, la compasión que siento en estos momentos por mis amigas que trabajan en este lugar es inmensa.
Ya cómoda en mi cama siento como vibra mi celular, era mi tía.

-¡Hola corazón!, ¿Querés venir el Viernes a la nueva feria que está cerca de mi casa? A la noche, tráete a unas amigas si querés, besos. -Dijo ella en un texto lleno de emogis.
-¡Hola tía! Dale, te veo con unas amigas, besos. - Contesté sin ganas.

El Viernes tenía el día libre, iban a arreglar algo en el bar así que no iba a trabajar, que pereza tener que desperdiciar el día en una feria cuando podría dormir, supongo que me hará bien distraerme un poco.

Apagué el celular y me fui a dormir.

Flores Blancas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora