Prólogo

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Estábamos almorzando junto a Chloe en un local algo viejo y descuidado de comida rápida. La lluvia pegaba en el techo de chapa haciendo un fuerte y molesto ruido que me ponía los pelos de punta.

— Mas vale que mi hamburguesa no venga con cucarachas dentro — Acomodó su larga cabellera morena y se armó un rodete despeinado — Este lugar apesta, Astrid — Se quejó recorriendo con la mirada el lugar.

— Era lo único que había abierto, no es mi culpa que el Mc Donald's mas cercano cerrara, y por si fuera poco que la tormenta del siglo llegue justo ahora, y lo sabes. Es esto o morirte de hambre, ah sí, o dejar que te lleve el viento o que te agarre una gripe mortal — Suspiré intentando no perder la paciencia.

Rodeó los ojos y se dedicó a mirar sus perfectas uñas. Tomé mi teléfono y entré a Twitter como de costumbre.

El invierno asechaba en el sur de California mientras que una gran tormenta se aproximaba a nuestra locación haciéndonos imposible disfrutar nuestras últimas vacaciones antes de entrar a la universidad.

El ruido que producía la campana que colgaba de la puerta avisando que alguien había entrado al local me sacó de mis pensamientos. Todas las personas dentro del lugar giraron su vista hacia la puerta.

Un chico moreno de tez blanca y ojos miel entró empapado al lugar. Su nariz estaba roja al igual que sus mejillas a causa del frío. Se le podía ver preocupado, como si algo le estuviese pasando.

Cerró la puerta detrás de él y se recostó en la pared soltando un leve suspiro. No pude evitar notar su gran estatura — Casi muero ahí — Dijo.

Uno de los camareros del lugar se acercó para brindarle un poco de ayuda. — ¿Qué le sucede?, ¿Se encuentra bien? — Le preguntó extendiendo una toalla para que se secara.

— Un taxista loco casi intenta matarme — Río como si fuera algo  gracioso — Pero no lo hizo, trató de atropellarme mientras yo cruzaba la calle — Definitivamente él era la persona más idiota que había visto.

Siguió hablando con el camarero y con algunas personas que se involucraron en la aburrida conversación.

Nuestra comida llegó. Esta sobrepasó mis expectativas, ya que yo pensaba que iba a ser de baja claridad, ya que el lugar no era muy acogedor a decir verdad. Creo que Chloe pensó lo mismo que yo, pero su ego no le permitiría aceptarlo.

Aquél chico que minutos atrás casi "muere" pasó por delante de nuestra mesa. Al verme guiñó su ojo derecho para luego tropezarse y caer frente a mí. Comencé a reír y luego tapé mi boca para no ser tan grosera. Dejé las risas atrás y le extendí mi mano para que se levantara.

Sus mejillas estaban al rojo vivo — Gracias — rió incómodo. Una pequeña onda de cabello cayó al costado de su sien en forma de S — Se me enredaron las patas — Se llevó la mano a la nuca. Y sonrío de costado mostrando una perfecta dentadura

— Pies — Le corregí.

— ¿Eh? — Me miró extrañado.

— Que es pies, no patas. Patas tienen los animales — Probablemente él sí las tenía porque definitivamente era un animal.

— Oh, las cosas que uno aprende en el día a día — Lo miré pensando en lo estúpido que era — Soy Shawn por cierto. ¿Tu eres...?

— Astrid — Le dediqué una sonrisa algo forzada al animal parlante.

— Gusto en conocerte, Astrid — No decía lo mismo.

Chloe invitó al castaño a sentarse en nuestra mesa, él, con la intensión de molestarme, se sentó justo en frente de mi. Tenía ganas de matar a Chloe en ese momento.

El camarero encendió la televisión, era una maquina vieja, probablemente una de las primaras televisiones antes del 2000. Ni señal captaba.

"Se recomienda no salir de sus hogares, el huracán Marta asecha sin piedad en la cuidad de California, se ruega sumo cuidado. Los mantendremos informados"

Fue lo que la reportera dijo en pocas palabras. Me esperaban varias horas encerrada en aquél local que en cualquier momento saldría volando por los aires junto al insoportable de "Shawn" Alias, El animal.

CRIME SCENE [SM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora