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Llegamos a una cabaña en el medio del campo, no sabía si estaba abitada, pero Shawn parecía conocerla bien. Pero antes de bajar Shawn aparcó el auto a unas cuadras de la casa.

— Tendremos que caminar un poco — rió sin ganas — Esta casa es de un amigo mio — Dijo como si me estuviera leyendo la mente — Deja la llave debajo del tapete para que pueda venir cuando lo necesite. Aquí hay de todo — Acarició mi hombro — Descuida, vamos a estar bien.

Entramos a la cabaña, era vieja pero acogedora; hacía bastante frío afuera, pero gracias a Dios había una linda estufa en la sala.

— Toma asiento, siéntete como en casa — Me causó gracia. Me di una ducha y me coloqué alguna ropa algo grande que encontré.

Cuando Shawn llegó lo ayudé a curar un poco sus heridas, él curó las mías. Shawn estaba hecho pedazos, probablemente al otro día no daría más del dolor. Se fue a la cocina a preparar unos tés mientras que yo encendía la estufa.

Shawn llegó minutos después con dos tazas de té en la mano, la estufa ya estaba encendida y yo me encontraba acurrucada en una manta enfrente de ella. Shawn se sentó a mi lado y me extendió la taza.

— Probablemente te estarás preguntando que fue todo eso — Di un sorbo al té y asentí con la cabeza — Es una larga historia. Comenzó cuando tenía diez años, mi padre traficaba droga, fui muy maltratado por él, y mi madre, mi madre fue una más de sus víctimas, quise alejarla un millón de veces, pero, ella siempre terminaba volviendo a él; hasta que un día pasó lo peor — Hizo una pausa y suspiró — Mi padre la asesinó, lo hizo frente a mis ojos, sin tener un mínimo de piedad — Soltó un sollozo — Me prometió que si trabajaba para él y no decía nada no le haría daño a mi pequeña hermana, así que acepté. Trabajé años para él. Me metí en varios líos de gran magnitud — Entrelacé nuestras manos para recordarle que no estaba solo. Su historia me desgarraba el alma.

— No tienes porqué seguir — Le dije.

— No, está bien. Tengo que dejarlo salir — limpió sus lágrimas — Un día mi hermana enfermó, la falta de atención de nuestro padre no ayudó en lo absoluto, vivíamos en una casa vieja, fría, vacía. Mientras que mi padre se bañaba en dinero, mi hermana se desvanecía, día a día, hora a hora. Finalmente un día, su pequeño corazón de 12 años no dio abasto, y cesó de latir. Su perdida me destrozó, ella era lo único que me quedaba, yo con tan solo 17 años decidí mudarme a California, al ser menor de edad me fui con mi tía materna. Ella era un sol — Suspiró — Seguí con mis estudios y me uní a un tipo de mafia aquí en California. Así mantuve a mi tía ya muy mayor. Así conseguí mi propio departamento al cumplir los 18 y también fue como pagué mis estudios — Apoyé mi cabeza en su hombro — Mi tía falleció, pensé que no me quedaba nada, hasta que un día de tormenta te conocí, conocí a Chloe, quien fue alguien muy especial para mi. Mi vida cambió por completo, Chloe me ayudó a dejar la mafia y a conseguir un trabajo estable. La amaba, pero ambos sabíamos que mi corazón pertenecía a otra persona — Me miró a los ojos, estos brillaban — Pero el día de aquella tormenta cometí un grave error. Burlar a uno de los hombres de mi padre, quiso matarme y que pareciera un accidente, atropellarme con un taxi, ¿Te suena?, pero logré llamar a la policía y hacer que lo arrastraran. Nunca pensé que eso me llevaría a poner la vida de Chloe en peligro, a poner tú vida en peligro, Astrid. Lo siento, solo no quería herirlas — terminó.

— Oh, Shawn... — Susurré — Yo lo siento, no sabes cuanto lo siento — solté un sollozo conmovida por su historia.

— Está bien, no pretendía que lo supieras, pero se dieron las circunstancias, ya sabes — Me abrazó.

Hacía mucho frió afuera, el rocío y la neblina me erizaban la piel. Caí rendida en el colchón de la habitación, minutos después sentí como el colchón se hundía dándome a entender que Shawn se había acostado junto a mí.

— ¿Puedo...? — Preguntó si podía abrazarme.

— Ajá — Dije casi inaudible. Su respiración pegaba en mi cuello, sus fuertes brazos rodeaban mi cadera y me hacían sentir segura. Nunca pensé encontrarme así con Shawn, pero lo sucedido en el galpón nos había unido, y lo había hecho para siempre.

— Nunca hicimos nada en tu cama con Chloe — Soltó de repente después de unos minutos de silencio.

— ¿Qué? — Pregunté sin entender.

— Que con Chloe nunca estuvimos en tu cama, solo lo dije para molestarte — Rió.

— Eres un imbécil — Reí.

Caí en un sueño profundo. Una gran tormenta amenazaba fuera de la casa, el fuerte sonido de la lluvia que se fusionaba junto al ruido del viento, armando una combinación armoniosa para alguien seguro en su hogar, pero generando escalofríos para alguien lejos de este, huyendo de asesinos sedientos de sangre.

A eso de las cuatro de la mañana escuché un golpe en la puerta y sentí como Shawn se levantaba rápidamente, supe que algo andaba mal en el momento que Shawn tomó el arma en sus manos. Me levanté de la cama, y sin pensarlo tomé entre mis manos en cuchillo que había encima de la mesa de noche, seguí los pasos de Shawn - Él no sabía que estaba siguiéndolo - busqué a Shawn con la mirada, pero no logré encontrarlo.

Mi aliento se cortó al sentir como un filoso y frío cuchillo se clavaba detrás de mi espalda y luego se retiraba lentamente haciéndome sufrir. Grité del dolor, sentía como la sangre manchaba toda mi ropa, y por defensa, ignorando el dolor, me giré sobre mi misma con el cuchillo que yo aún sostenía en mis manos y con todas mis fuerzas lo clavé en el estómago de aquél individuo. Desprendió un gemido grave. Lo retiré con rapidez y vi como Shawn se acercaba corriendo hacia mí, aquél gran hombre levantó su cuchillo para volver a apuñalarme, pero yo fui más rápida y se lo clavé en uno de sus hombros. Dejó caer su cuchillo, y se llevó ambas manos a la herida. Yo, atónita a lo sucedido, retrocedí hasta chocarme con una pared.

La apuñalada había dolido, y demasiado. Shawn se acercó corriendo hacia mí — ¿Te encuentras bien?, ¿Te ha herido? — Dijo levantando mi camiseta viendo la herida.

— No, solo estoy pretendiendo, estoy audicionando para un casting — Dije sarcástica. Esperé alguna risa por parte de Shawn, pero solo recibí regaños.

— No es divertido, Astrid. Podría haberte hecho demasiado daño; esto es solo superficial — pasó su dedo por la herida, haciéndome soltar una maldición.

— ¿¡No ves que me duele, animal!? — Me quejé.

— Lo siento — Me miró apenado. Odiaba que me mirase de ese modo. En ese momento exacto descubrí algo nuevo, la mirada de Shawn era mi nueva debilidad.

Mis ojos se abrieron de par en par al ver como aquél hombre se levantaba del suelo y se dirigía a nosotros.

— ¡SHAWN! — Grité. Shawn se volteó y el gran hombre le dio un golpe a puño cerrado en el rostro. Shawn se reincorporó rápidamente, y le devolvió la golpiza. Tomé aire y le pegué una patada en la ingle, haciéndolo retorcer del dolor, me sentí orgullosa de mi. Pero, como si nada le hubiera pasado, me tomó del cuello y me elevó del suelo. Di varias patadas al aire, tratando de zafar de su agarre, pero fue en vano. Buscaba aire, mis pulmones lo pedían, pero las grandes manos de el hombre bloqueaban mi respiración. Me estaba ahogando, estaba muriendo.

— ¡SUÉLTALA! — Gritó Shawn tratando de ayudarme, pero al ver que no lo lograba optó por usar el arma de fuego. El primero fue un tiro al techo, solo para asustarlo, me soltó.

La caída me fracturó el brazo, pero no lo supe en el momento. Tomé varias bocadas de aire en busca de oxígeno, mi garganta y pulmones ardían, me quedé unos segundos sollozando en el suelo. El hombre se había puesto mas violento aún, comenzó a pelearse con Shawn, tenía miedo de lo que podía pasar, a pesar de que aquél hombre ya no portaba el cuchillo, Shawn seguía con el arma cargada, un mal movimiento y el disparo podría ir en contra de él. No fue hasta que el hombre tratara de golpearme, cuando Shawn apretó el gatillo.

CRIME SCENE [SM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora