Me Gustas Tú

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Se mordió el labio, con duda. Desde que recibió esa llamada en la mañana, había estado dándole vueltas a la misma sugerencia una y otra vez, sin llegar a una decisión.

Se miró en el amplio espejo y pasó sus dedos entre los mechones de su cabello castaño. Estaba sedoso. Lo dejó caer a los costados de la cara y luego se lo tiró todo hacia un lado. Analizó cada ángulo y peinado en el pudo pensar, incluso probó imaginar diferentes tonos.

¿Y si probaba volver al rubio?

Suspiró y soltó su cabello con frustración. Ni siquiera hizo amago de rehacerse la media coleta que llevaba antes.

Necesitaba consejos.

Sólo había una persona a quien le confiaría una decisión tan importante. Barrió el salón con la mirada a través del espejo, hasta que localizó al azabache sentado en el piso, en una esquina, mirando con atención el celular entre sus manos.

Empezó a andar hasta él y se dejó caer a su lado, imitándolo al recostarse contra la pared. Esperó que Hyukjae levantara la cabeza del teléfono para mirarlo, así pondría una cara dramática, Hyukjae le preguntaría qué le pasaba y él soltaría el tema. Pero no pasó, el mayor ni siquiera pareció notar su presencia.

Rodó los ojos.

Decidió soltar un suspiro dramático, mientras dejaba caer la cabeza contra la pared. Algunos bailarines que estaban cerca lo miraron confuso, pero Hyukjae aún no despegaba la mirada de la pantalla.

Si los ruidos no funcionaban, quizá el tacto.

Posó una mano sobre la pierna de Hyukjae, ejerciendo una presión suave, que esperaba que fuera suficiente para llamar su atención.

Sí obtuvo respuesta, pero no la que esperaba.

Casi como un reflejo, sin apenas inmutarse, Hyukjae entrelazó sus manos y las acercó hasta sus labios, dejando un beso suave en su dorso, para bajarlas y dejarlas reposar sobre su regazo, todavía unidas.

Al menos sabía que era Donghae el que estaba a su lado.

A pesar de la ternura en sus actos, el castaño no podía evitar sentirse frustrado. Lo miró formando un puchero, aunque el otro ni siquiera lo notó.

Respiró profundo. No le quedaba de otra más que iniciar el tema él mismo.

—Mamá quiere que me corte el cabello para el concierto —soltó.

Hyukjae, por fin, levantó la mirada del vídeo de la práctica de baile que reproducía en su teléfono, pasando de escudriñar los movimientos, a mirarlo en la frontera entre confundido y sorprendido.

Supo que lo había tomado por sorpresa.

Le vio pestañear un par de veces, mientras paseaba su mirada entre su cabello y su rostro.

—Y tú... ¿Quieres hacerlo? —preguntó con cautela.

—Si supiera no te estaría preguntando.

—No me lo preguntaste.

—Tenías que inferir que te estaba pidiendo ayuda —exclamó frustrado.

Hyukjae pausó el vídeo y bajó el teléfono hasta dejarlo en el piso. Entonces, se volteó hacia él y lo miró directamente a los ojos. Donghae desvió su mirada a la mano que el mayor aún sostenía, pues había comenzado a acariciarla con su pulgar.

—Tienes que decidirlo por ti mismo, Donghae —pronunció con suavidad.

Cuando Donghae lo miró, le dedicó una mirada molesta.

Story of Ours (HaeHyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora