Capítulo 3: Uniforme por obligación.

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(Esta historia es solo una adaptación, la autora es @Smile_Free15)

Miré esa abominación como si se tratara de un examen de matemáticas, después miré esa estúpida nota y puedo jurar que escuché la risa malévola de mis padres como la de los villanos de televisión.

Los uniformes eran de lo peor, hacían que todos se vieran iguales cuando la verdad es que todos tenemos diferentes gustos hasta para la ropa. Además ese color no me quedaba.

Suspiré contando hasta 10, controlándome para no empezar a gritar y llamar a mis padres para decirles sus 84 cosas.

Recapitulemos las maravillosas hazañas de mis padres en mi contra:

1. Me delataron con la policía.

2. Me enviaron al otro lado del mundo a estudiar en un estúpido instituto privado.

3.Cambiaron mi apellido.

4. Me obligan a usar uniformes feos.

Que linda familia ¿cierto?

Decidí que mañana tendría más energía para maldecir a mis padres con todos los dioses, ahora, estaba demasiado cansada siquiera para preguntarle a mis amigos que tal había sido todo. Me quité mi blusa y quedé en sostén debido al cansancio que tenía en ese momento.

...

O vinieron en medio de la noche a activar la alarma, o ella solita lo hizo, porque a las 7:00 am en punto ese aparato del demonio retumbó en mis oídos y yo como persona responsable, le di un golpe con el que me aseguré de que nunca más sonara y me envolví en las sábanas.

Mi paraíso duró hasta que abrieron la puerta de mi cuarto.

-Oye tú, chica.--escuché la voz de una chica muy lejos de mi universo.

-Cinco minutos más.--refunfuñé con voz ronca acurrucándome más.

-Nada de cinco minutos, baja ahora mismo o llegarás tarde en tu primer día.--volvió a hablar y no sé ¿por qué? pero la voz de esa chica me sonaba totalmente irritante.

-Si, como sea.--me levanté a regañadientes con el cabello desordenado y un ojo cerrado, me estiré como nunca en la vida y allí se me fue un poco la pereza.

Entonces caí en cuenta de que estaba en sostén frente a la chica de ojos café, los cuales miraban todo menos mis ojos.

-¿Todo en orden?.--pregunté inclinando un poco la cabeza.

La chica parpadeó varias veces y cuando estuvo recuperada me miró con irritación.

-No te interesa. Mejor muevete.--y con un portazo creo que logró despertarme.

-Niña mimada.--murmuré agarrando una toalla y entrando a la ducha.

Creo que ya comprendía a aquella chica, era una de esas "si me sale un grano no voy al instituto" mimada, prepotente ¿y cómo no? Seguramente era la típica popular de novio o ligue perfecto que todos admiraban.

Rodé los ojos ante mi detallado análisis y decidí despertarme completamente con una ducha fría.

La pero parte fué cuando salí...

BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora