Ojos azulados, luz rojiza [pausada]

"Espérame un poco más"

Daveed

La agilidad y facilidad con la cual el curandero trataba el cuerpo de Luma era, sin duda alguna, impresionante; no desperdiciaba ningún momento para curarla, se mantenía en movimiento consistente, también, nos mandaba varias veces por utensilios varios dentro de su estuche. Cada vez que lo abríamos, un potente aroma a galletas y flores inundaba la habitación, mareándonos a los tres, sin embargo, sorprendentemente no había galletas o flores dentro.

"— Listo — alejó su rostro de Luma — En unos momentos ella despertará, por ahora, dejarla descansar es la mejor elección — nos levantamos los cuatro y a cada uno nos dio la mano — Fue un placer tratar a la joven —."

"— Acerca del pago... ¿Cuánto será por los tratamientos? — Drakenny sacó una buena cantidad de dinero y comenzó a contar."

"— Nada — sonrió — Me gusta realizar mis trabajos sin cobrar, el sentimiento de alivio es suficiente moneda de cambio para mí —."

"— Al menos, déjenos prepararle una comida como pago, por favor — el cuerpo rojito de Synnove evitaba que el curandero saliera de la habitación, él dio una sonrisa."

"— Supongo que eso es algo que no puedo rechazar — los tres sonreímos aliviados y salíamos del cuarto, dejando a Luma descasar en tranquilidad y silencio."

Dejamos que Drakenny cocinara, mientras que, Synnove y yo nos quedamos con el curandero platicando, sus amenazadores ojos rojos mostraban un contorno amigable y suave, dejándonos una tranquilizadora mirada, obligándonos a sentirnos aliviados. Synnove no paraba de sonreír y juguetear golpeando la mesa con sus uñas rítmicamente, quedándonos en un silencio indiferente, cada uno pensando en su situación.

"— Disculpe, señor... —."

"— Por favor, llámeme Voe, si desea — su sonrisa evitaba que me molestase por su interrupción."

"— Ah... Sí —."

"— Entonces, señor Voe, usted no es de por estos andares, ¿me equivoco? — él se limitó a reír suavemente — ¿No? —."

"— Soy de andares tan lejanos como esa jovencita a la cual traté — Synnove y yo nos quedamos silenciados, sabíamos que Luma no era originaria de Baggeif, pero no conocíamos de dónde era originaria, él rió — No me tomen tan enserio, vamos, cambien esos rostros pálidos, no soy tan lejano, tal vez un océano lejano nada más —."

"— ¿Nada más? —."

"— Nada más — rectifiqué."

"— Bueno, tal vez sea un poco lejos — rió a carcajadas — Lo siento — se detuvo — Son muy expresivos — Synnove rió suavemente y yo me limité a sonreír."

"— Lamento interrumpir — Drakenny depositó una olla a rebozar de estofado y tazones — Ya está la comida — sirvió a cada uno — Coman, por favor —."

Comimos en silencio, saboreando al máximo los ingredientes exquisitos que Drakenny nos había preparado; la carne era tierna y jugosa, los vegetales bien cortados y cocidos, las especias en su suficiencia, además, la grasa era la justa, dejando un gustoso sabor en el paladar. Por vista, se notaba que Synnove era quien más disfrutaba el platillo, lanzando miradas furtivas de vez en cuando y él a ella también. Voe y yo nos enfocamos en lo nuestro, igualmente, miraba a Voe, su cabello caía como cascadas lisas en sus hombros, recordándome a los hermosos y dorados rizos de Luma.

"— Hay... — volteamos hacia la escalera — ¿Hay comida para mí también? — sus rizos estaban alborotados y sin brillo, su rostro adormilado y la pijama arrugada — ¿No hay? — la voz se le dormía y secaba, me reí."