"Recuerdos y seguridad"

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Anne

La maleta que llevaba era ligera, nada parecido a las que solía empaquetar cuando salía con Luma. Apenas sí había puesto ropa y algún libro, eso sí, envuelto adecuadamente entre la ropa traía mi libreto; no podía abandonarlo. Fuera de eso, traía la ropa necesaria para la semana y ya. Sabía que la señora Pandora se disgustaría si yo compara un kit de higiene personal para mí siendo que ella tiene todo lo que necesito y más, era esa clase de madre que te daba todo y más.

"— Aún no me siento bien, se supone que voy a cuidarla y apoyarla, no a que me trate como una invitada de honor o algo — bajé del auto y toqué el timbre, su sonido imitaba los canarios, siempre nos gustó — ¡Señora Reynolds, ya llegué, soy Anne! —."

La casa era grande, pero nada realmente excéntrico, mantenía un estilo clásico y confortable a la vista; lo único destacable eran los enormes ventanales cristalinos enfrente de mí. Volví a tocar el timbre, en espera de una respuesta que llegó más pronto de lo esperado, sin embargo, quién me abrió era un hombre mayor y bastante robusto. Traté de mirar detrás de él, pero me era complicado debido a que él cubría gran parte del espacio, ambos nos miramos por un momento, me incomodaba su rostro inexpresivo.

"— ¿Eres un nuevo guardia?, soy Anne Kim, amiga de Pandora Reynolds, ¿ella se encuentra ahora mismo? Habíamos quedado a esta hora... — realmente comenzaba a fastidiarme su mirada."

"— No soy un guardia, señorita —."

"— ¿Qué...?, ¡¿Quién...?! — antes de terminar mi frase, la puerta se abrió por completo, dejando ver a una Pandora alegre al otro lado."

"— ¡Anne, que bueno que llegaste! — su alegría se fue al observarme detalladamente — ¿Estás mal, mi niña?, Estás toda pálida — me tomó de la mano y me obligó a pasar hasta la sala — Toma asiento, te voy a traer un refresco, Annita — acaté, me senté en el sofá de cuero blanco."

"— Gracias, señora Pandora — de repente sentí un aire frío, volteé a mi derecha, donde sentía mayor frío; ahí estaba la mujer pelinegra — Bu... Buenas tardes — no recibí mayor respuesta que un murmuro distante, le di mi mejor sonrisa. Antes de que tuviera la oportunidad de alejarme, la señora Pandora se sentó a mi lado, dejando la soda enfrente de mí — Muchas gracias — bebí hasta que sentí que el azúcar inundara mi cuerpo."

"— Veo que ya conociste al Capitán — casi me atraganto cuando escuché eso, un capitán, ¡me dirigí a un capitán como si fuera lo más normal del mundo!, — ¿Te sigues sintiendo mal, Anne? — negué con la cabeza mientras mantenía la mirada en el piso — Bueno — ví las pantuflas de la señora Pandora moverse hasta quedar a lado de unas botas de vestir bastante pulcras, levanté la mirada hasta ver sus rostros — Te presento al capitán Benett, está al mando de la búsqueda de Luma — ahora lo veía mejor, continuaba con su mirada inexpresiva."

"— Es un placer conocerla, señorita Kim — esos ojos castaños no paraban de observarme en ningún momento."

"— El placer es mío, capitán Benett — me levanté y le estreché la mano — Le pido disculpas por el malentendido —."

"— No se preocupe por ello, tenemos temas más importantes por los cuales preocuparnos — asentí, mi mente volvió a correr ese pensamiento sin parar, Luma — Permita presentarle a algunos de los integrantes de mi equipo, tome asiento —."

Tal y como pidió, me volví a sentar a la izquierda de la pelinegra; vi de reojo a la señora Pandora, me hizo una seña de que no me preocupara. Por más que tratara de tranquilizarme sentía que mi corazón se quería salir del pecho. Miré alrededor, únicamente ubicaba a la chica pelinegra y al castaño de la otra noche, el otro chico pelinegro me era completamente nuevo. Respiré hondo siguiendo intentando relajarme por lo menos un poco, mordí la punta de la lengua y me acomodé en el sofá, adopté la pose más neutral que pude. Oculté mis manos dentro de mi regazo. Ya no solo sentía la mirada fija del Capitán, sino también de aquel pelinegro.

Ojos azulados, luz rojiza [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora