DESCENDENCIA

Capítulo 7

Con su mente divagando en asuntos de raza, especie y descendencia, Hiccup caminó por las calles tristes de Berk. Era escalofriantemente familiar y ajeno al mismo tiempo.

Casi podía ver el futuro de la aldea si no había dragones. Los tiempos de paz eran un regalo, pero los días eran increíblemente monótonos, donde antes hubo fuego ardiendo creando armas, ahora había esqueletos metálicos para futuras sillas de montar; el gran salón fue ampliado y había varios tablones superpuestos para que los dragones descansarán al ras del techo mientras acompañan a sus jinetes en la cena. Comederos, bebederos, establos, corrales, todo había sido adaptado para la vida diaria de los dragones.

Y ahora parecía un pueblo fantasma. Antes habia algarabía y gritos de las mujeres del mercado que incluso estando al otro lado del pueblo se oían. Las risas de los niños y los animales haciendo lo suyo. Pero ahora no. Aunque para los niños era muy temprano aún para levantarse, eso no justificaba la falta de vitalidad en los adultos.

Pasó junto a los cestos que contenían crustáceos y pescado fresco. Hiccup miro algunos de gran tamaño y otros pequeños que apenas eran más grandes que su mano. Incluso allí notaba una ausencia de compañeros de vuelo y caza. Los dragones resultaron extremadamente buenos para cazar para ellos, proveyendo de pescado mediano y grande para todos, nunca capturando los más pequeños, ni siquiera los Terrible Terror. Un suspiro escapó de sus labios y decidió tomar un pescado y una cesta.

"Buenos días, Jefe". Saludó el pescador con aire melancólico.

"Buenos días". Devolvió el saludo con una sonrisa pequeña.

"Jefe, los dragones...".

"Al parecer encontraron algo, no tardarán...". Dijo inmediatamente. Su mano paralizada al intentar alcanzar un pez pequeño cuya cara muerta lo miraba con la misma expresión derrotada que el hombre. "Los demás fueron para apoyar, no hay peligro. Cloudjumper llegó anoche. Los demás no tardarán".

El hombre hizo una mueca de dolor y regresó a acomodar su pesca fresca.

Hiccup suspiró sin ningún disimulo. Sólo dos semanas desde que los dragones sin jinete alzaron vuelo en una misteriosa búsqueda, un pesadilla monstruosa se reportó con Toothless.

Necesitaban ayuda.

El dragón negro no se tocó el corazón. Envió a cada dragón adulto, dejando a los berkianos desequilibrados por la perdida de sus reptiles amigos.

"¿Qué buscan con tanto desespero? ¿Que buscas para ella?". Se preguntó Hiccup mirando el Sol alzarse y sus entrañas contraerse.

¿Era algún regalo de cortejo? Les oyó hablar sobre ritos de cortejo, o bueno, a la dragona. Entonces, ¿eso era lo que su dragón buscaba con tanto ahínco para la hembra? ¿Presumía de su estatus de Alfa enviando a todos a traerle el regalo perfecto?

Pensando así, con su agarre sobre la canasta volviéndose más y más fuerte, se dirigió hacia el bosque.

Él conocía su isla mejor que nadie. Cada risco. Cada playa. Todos sus pequeños ríos. Avanzó por el camino invisible a una solitaria playa. Tardó en llegar, claro, era a pie; saltando ramas con la canasta llena de pescado y a veces tropezando con las piedras.

Refunfuñó entre dientes un maldición cuando cayó de rodillas por una rama. Toothless siempre le llevaba entre las nubes a esa playa. SU playa. Y ahora él debía ir allí sólo sin su compañía.

Estaba respetando. Está aguantando la distancia que la hembra está poniéndo entre ellos, pero si se le ocurre llevarla a la cala esa lagartija lo va a oir. ¡Como la lleve a nadar al pequeño lago le arrancará las escamas! Ese es su lugar mas privado, ni siquiera él lleva a Astrid. Es su pequeño lugar para estar sólo los dos, la dragona blanca no va tener lo único que Hiccup considera privado entre jinete y dragón, él-

"¡Alto!". Se grita a sí mismo con los ojos muy abiertos. Hiccup tomó asiento en el suelo del bosque parando sus emociones. Los ojos verdes como las hojas de los arboles que lo rodean, expresaron una sorpresa angustiosa y que era casi tabú.

ES UN TABÚ.

"¿Estoy celoso?". Susurró dejando aflorar la vergüenza en la manifestación de un sonrojo apenas notorio.

Demonios.