Mikami Kazui es un joven adulto desempleado. Cada empresa a la que va quiebra en meses o lo estafan con ridículas ofertas para ser millonario.
A sus 27 años nada va bien. Hasta que se reencuentra con su Senpai de la universidad. Lo invita a trabajar...
– Habla! No tengo tiempo para tus tonterías!!! Necesito saber dónde está el dinero del jefe, vale? Te conviene decírmelo si no quieres tu lengua fuera de tu boca!! –
Me grita un idiota al que le debo 300 mil yenes. Estoy jodido. La lluvia no para y estoy empapado por completo Este sujeto después de haberme aventado al suelo, me vuelve a levantar. Sigue gritando y yo únicamente quiero morir.
Pedi prestado por otra deuda, nunca pensé que los prestamistas de Fukuoka fueran tan animales. Como sea... No tenía salida, entonces siendo asi... Voy a morir.
Tal como cualquier japonés reprimido. Virgen, soltero y pobre. Lo mire sin ganas de moverme. Esperé pacientemente el momento de mi muerte pero no sucedió.
Ah? Han derribado al imbécil? Pero quién? De pronto es una super heroína o una poderosa sucubo que viene a salvarme? Nah no fue nada de eso.
En cambio, ya en el suelo por tal acción, apenas podía distinguir que era lo que sucedía. Un oficinista forcejeaba con el delincuente. Parece que antes había llamado a la policía. De manera inexplicable llegaron en segundos. Que buen servicio, eh?
Habiendo sometido al sujeto y llevándolo a la patrulla, aquel hombre me ayudó a pararme. Las cosas complicadas como denunciar serían después ya que el mayor arregló eso por mi con los oficiales. Igual no haré nada, descubrirán que soy un deudor!
Me limpie el agua sucia como pude de los ojos y me coloque los lentes ya empañados, bah, sirven otro tantito.
Antes de poder darle las gracias, me jalo del brazo y sin dejarme hablar, me llevó a un lugar seco, dijo él.
Cómo niño de primaria fui llevado a una cafetería a dos calles del oscuro callejón dónde estaba. Entramos y nos fuimos a sentar en cualquier mesa disponible.
Es un pelinegro con ojos del mismo color. Es muy común pero que rayos. Te atrapa de manera misteriosa. Lleva anteojos más ligeros que los míos, es algo guapo, y no soy gay. Es curioso como los hombres no podemos decirle a un hombre que es atractivo porque nos tachan de "maricas" que absurdo pensamiento.
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Yo no traía nada conmigo, ni un solo Yen. Las pocas cosas de mi departamento barato seguían ahi, a no ser que entren a robar...
– Vaya caso! Disculpa! No podía quedarme quieto viendo cómo abusaban de ti. Aunque esos arranques de valentía míos son pocos. Me alegro que ambos estemos bien. No es así? Ah! No olvidó las presentaciones! Soy Kyotaro Fushimi! Productor de 765 Pro! *Me da su tarjeta de negocios* y tú? –
-– Oh dime Kazui solamente. Vaya es sorprendente! *La miro bien y la guardo* Ser un Mikami no me alegra para nada. No sé cómo agradecerte "hermano" eso es de verdaderos amigos! Más que nada, la lluvia es terrible. Pensé que me ahogaría antes de que me golpeara ese loco! Jajaja! –
