Capítulo 4 - Las Luces de Shea

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- Jijijiji - reían a coro.

Me armé de valor y les pregunté quienes eran. Volvían a reír, pero ya no sentía miedo, se notaba que eran voces amables. De la nada frente a mi apareció una criatura pequeña, volando. ¡Un hada! Tenía unas alas brillantes y emanaban una pequeña estela de luz, como las luciérnagas. Y así fue como una a una empezaron a aparecer ante mis ojos. Eran cinco pequeñas mujercitas volando.

- Jijijiji lo sentimos, pero tu olor es diferente, nos atrajo inmediatamente.

- ¿Mi olor?

- Si, tu aura huele de una manera especial. ¿Qué eres?

- Ehmm soy una... humana - lo dije de forma sarcástica.

- ¿Humana? Mmm no lo creo.

- Pero si vengo de arriba - hice un gesto hacia ese cielo nocturno.

- Dirás abajo, jijiji.

Digamos que me sentí una estúpida, si estábamos dentro de la tierra, y lo que veía al amanecer era algo parecido al sol, como un núcleo, de alguna manera era obvio que no venía desde ese arriba.

- Bueno, bueno, aunque seas de "arriba" no hueles como ellos.

- ¿Has tenido contacto con humanos?

- Todo el tiempo - volvió a reír - Nuestro reino puede traspasar al suyo.

La verdad es que no entendía nada. Pero me dejé llevar por la conversación. ¿Qué yo no soy una humana? Já... já... eso sí que da risa. Hablaron entre ellas por largo rato mientras examinaban cada centímetro de mi.

- Creo que debemos llevarla - dijo una de las pequeñas criaturas vestida de violeta.

- Si, es lo mejor, así sabremos con seguridad que eres - agrego la primera hada que vi aparecer.

- ¿Cómo las puedo llamar?

- Yo soy Fayette, líder del grupo de recolección - dijo la primera hada que vi - y ellas son Erline, Dulcina, Allfy y Fryda. Ven con nosotras.

- Pero Blake...

- Él no despertará hasta que llegues, lo tendremos vigilado.

Distinguí a Blake en la oscuridad gracias a la luz de las hadas, no quería dejarlo solo, y menos sin decirle donde iba a estar.

- No te preocupes, estará bien - dijo Fayette con una sonrisa.

- Entonces... vamos.

Dulcina, Erline y Fryda se quedaron con Blake, las otras dos me llevaron hacia las ruinas de Cartiehl, creo que así se llamaba. Pasamos por un pasadizo y luego bajamos por una cueva. Todo estaba muy oscuro, no podía distinguir nada a mí alrededor. Seguíamos caminando, hasta que en el fondo se veía algo de claridad. Me dijeron que ese era su hogar. Al llegar quede atónita, había una ciudad casi en miniatura debajo de las ruinas, había muchos colores y luces por todos lados, que claro eran otras hadas.

- Esto es Breena - Dijo Allfy.

- Nuestro hogar - agregó Fayette.

Luego comenzaron a dirigirse hacia una morada enorme, parecía un mini palacio. Me percaté que muchas hadas me miraban y murmuraban entre ellas a medida que pasábamos. Era extraño, no estoy acostumbrada a tantas miradas de extraños. Llegamos finalmente.

- Este es el palacio Shea.

- ¡Es hermoso!

- Y eso que no lo has visto en medio de las festividades jijiji - Fayette siempre riendo - Deberás esperar un poco.

- Antes de hacer alguna cosa debemos comunicárselo a nuestra princesa - decía Allfy entusiasmada - Pero yo creo que ella vendrá personalmente. Eres algo especial.

- ¿Algo?

- Jijiji no te lo tomes a mal.

Después de unos minutos, llego la princesa. Irradiaba una luz completamente diferente a la de las demás, mucho más fuerte, una luz que indicaba protección y seguridad. 

- Yo soy Shaylee, princesa de Breena - hizo una pausa - ¿Quién eres tú y de dónde vienes?

- Soy Rin, vengo de la tierra, ehmm de abajo.

- ...Mmm tienes apariencia de humana... - volaba a mi alrededor analizándome - ...pero tu aura huele diferente. ¿Cuál es tu linaje?

- ¿Mi linaje? - ahora sí que quedé sin palabras. Solo conocía a mi abuela y ella se veía más humana que cualquier otra.

- No lo sabes... Eso dificultaría saber que eres aparte de tu forma de humana. ¿Puedo? - Apuntó a mi dedo índice. 

- Ehm sí.

Creo que me sacará sangre, y yo que detesto que me saquen sangre. Cerré los ojos esperando algún pinchazo, pero no pasaba nada, lentamente abrí los ojos y lo que vi fue literalmente mágico. Ella estaba "materializando" una especie de energía que salía de mi dedo. Por lo que me dijo en ese instante al oído Fayette, esa energía era mi aura, ella necesitaba un poco para poder analizarla.

- Gracias por dejarme sacar un poquito de aura, así podremos saber que hay dentro de ti.

- ¿Tendré que quedarme aquí hasta que termines de analizarlo?

- Jijiji... no, puedes irte, esto tomará un par de días.

- Ahh comprendo, entonces ¿puedo volver?

- Así es. Fayette llévala de regreso.

- Como diga princesa.

- Apenas encontremos el misterio de esto, Fayette se comunicará contigo donde quiera que estés. Una última cosa... ¿Dónde te estás quedando?

- En ningún lugar, por el momento.

- ¿Cómo es eso?

- Un forastero me está llevando a la capital para averiguar cómo puedo volver a mi ciudad.

- ¿Un forastero? ¿Es de confianza?

- Mi intuición dice que sí.

- Su nombre es Blake - dijeron a coro Allfy y Fayette.

- ¿Blake? jijiji... Qué curioso es el destino. Regrésenla con cuidado. Nos volveremos a ver - sin dejar de sonreír agrego - ¡Hasta Pronto!

Me dio algo de curiosidad, ella conoce a Blake, pero no pude preguntarle. Creo que no era el momento apropiado. Por lo menos sé que son de confianza.

Después de unos minutos, volvimos a cruzar las ruinas y llegamos al lugar donde acampamos. Allí nos esperaban Erline, Fryda y Dulcina, por lo que dijeron Blake no se había ni movido por su sueño tan profundo. Me sentí más calmada. Me dijeron también que no debía decirle nada de esto a Blake, hasta saber realmente que pasaba conmigo. Asentí, era lo mejor, quizás él se molestaría al saber todo eso. Después de eso se despidieron amablemente entre risas y una a una fueron desaparecieron.

- Pronto estaremos en contacto - sonrío Fayette y desapareció.

Lo único que puedo hacer ahora es dormir, mañana será un día de viaje muy largo. Sigo sin asimilar correctamente todo lo que me ha pasado en la corta estadía en este mundo, Agartha. Todo parece un sueño, simple y complicado a la vez.

Traté de buscar en la oscuridad el rostro de Blake, pero no pude, mis ojos se cerraban cada vez más.

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